Entrevista a Leslie Sarasin, presidenta y CEO del Food Marketing Institute
Como un reconocimiento a la cada vez más influyente presencia de los hispanos en la industria de los alimentos en Estados Unidos y con motivo del Mes Nacional de la Herencia Hispana que se celebra del 15 de septiembre al 15 de octubre, la revista Abasto entrevistó a Leslie Sarasin, directora ejecutiva del Food Marketing Institute (FMI), sobre su vínculo con la comunidad hispana y su visión del crecimiento de los negocios latinos en el poderoso y competido mundo de la industria de alimentos.
Años atrás, cuando aún era estudiante de College, Leslie Sarasin viajó a México para perfeccionar su español. Allá tuvo la oportunidad de vivir con una familia que la ayudó a compenetrarse con las costumbres hispanas y su rica cultura.
La directora ejecutiva y presidenta del Food Marketing Institute (Instituto de Comercialización de Alimentos) aún se defiende hablando español y la experiencia vivida en el vecino país le ha permitido apreciar aún más la celebración del Mes de la Herencia.
En noviembre, Sarasin cumple diez años liderando una de las organizaciones más influyentes en la industria de alimentos en Estados Unidos.
Ella considera como un complemento perfecto su cariño por la cultura hispana y su pasión por esta industria, “porque una de las cosas que aprendí cuando vivía en México fue cuán importante es la comida en su cultura y particularmente cómo la familia se une en las celebraciones. Por eso creo que tiene sentido que la industria de abarrotes celebre la cultura hispana a lo largo del año, pero especialmente durante el Mes de la Herencia Hispana”, dijo la ejecutiva.
El Food Marketing Institute fue creado en 1977. Sus miembros principales son minoristas y mayoristas y representan a diversas compañías proveedoras de productos y servicios para el sector de alimentos.
Cerca de 1,000 compañías son miembros de la entidad sin ánimo de lucro en EEUU, así como 500 compañías proveedoras y unas 100 empresas que operan en el exterior.
Todas estas compañías representan un total de 33,000 tiendas y 12,000 farmacias que emplean a 5 millones de trabajadores y generan en ventas $800,000 millones, según dijo Sarasin.
Revista Abasto: ¿Cómo el FMI establece una conexión con los latinos para honrar la herencia hispana en Estados Unidos?
Leslie Sarasin: Durante los pasados cinco o seis años en el FMI hemos estado trabajando en el Mes Nacional de las Comidas Familiares con la idea que las familias que comen juntas en más ocasiones, son familias más saludables.
No sólo en el contexto de sus hábitos alimenticios sino también en su comportamiento social, así que sus niños tienen menos ausencias en sus escuelas, menos incidentes de abusos de drogas o consumo de alcohol y tienen mejores calificaciones en sus estudios.
Nosotros en el FMI consideramos el Mes Nacional de las Comidas Familiares, que también se celebra en septiembre, una parte muy importante en la cultura de EEUU.
Así que para mí es casi único que ambas celebraciones estén sucediendo al mismo tiempo, porque la familia es una parte central de la cultura hispana y las comidas son muy importantes en la vida familiar. Creo que es algo bastante bueno que las dos celebraciones ocurran al mismo tiempo”.
RA: Según el Censo de EEUU de 2012, había alrededor de 19,000 tiendas latinas de abarrotes y aproximadamente 7,400 supermercados hispanos en el país. ¿Qué influencia tienen las organizaciones, como el FMI, entre las tiendas hispanas?
LS: En los primeros días de mi carrera había mucha menos intersección entre la comunidad alimentaria hispana y las organizaciones nacionales, pero eso está cambiando drásticamente.
A medida que cambian los datos demográficos en el país hay oportunidades sustanciales para que nuestros miembros minoristas reconsideren sus asociaciones comerciales y estrategias y especialmente no solo la creciente población hispana en EEUU, sino también su cambio para que el poder hispano sea mucho más predominante en el país.
Incluso, las personas en Estados Unidos que no son hispanas y no crecieron necesariamente asociadas con la comida hispana ahora se sienten atraídas por ella, creando oportunidades en el sector minorista de alimentos para unir esas cosas más fácilmente.
Pensando en la forma en que las tiendas de abarrotes hispanas y las que son más tradicionales en EEUU pueden incorporar los nuevos gustos que tenemos en este país por la comida hispana, estamos apoyando un programa relacionado con la diversidad de proveedores.
Trabajamos estrechamente con todos nuestros miembros minoristas, tanto hispanos como no hispanos, para ayudarlos a identificar formas en que puedan diversificar sus fuentes y los tipos de proveedores que utilizan para los productos que venden en sus tiendas.
Encontramos que a medida que las empresas respaldan la diversidad de proveedores, sus clientes realmente aprecian el hecho de que puedan acceder a diferentes tipos de productos de una manera que antes no podían.
Creo que este papel del tendero hispano y el crecimiento del enfoque en la comida hispana es algo en lo que tenemos que pasar mucho tiempo porque debemos pensar cómo podemos construir nuestra fuerza de trabajo, darles la oportunidad de liderazgo y progreso y realmente llevar la cultura hispana a un rol principal dentro de nuestra operación minorista.
RA: ¿Usted cree que el idioma es una barrera para los tenderos hispanos que buscan progresar en la industria de alimentos?
LS: No lo creo, me parece que en algunas ocasiones puede resultar en un mayor desafío, pero no creo que el idioma sea una barrera porque cada vez más personas en Estados Unidos que no crecieron en un ambiente hispano están aprendiendo a hablar español… Y una gran mayoría de la población hispana reconoce la necesidad de hablar inglés.
RA: Una parte fundamental de la industria de comestibles es el alcance comunitario y por eso el FMI creó los Community Outreach Awards. ¿Las tiendas hispanas están siendo reconocidas?
LS: Las tiendas de comestibles siempre han sido pilares fundamentales en sus comunidades, reflejan los valores, la demografía y la cultura del vecindario al que sirven.
Este programa de reconocimientos es parte de los esfuerzos del FMI de honrar a las compañías que están haciendo un buen trabajo en la comunidad y sirve de ejemplo para que otras tiendas también hagan algo positivo en sus vecindarios. El año pasado, uno de los ganadores en esta categoría fue el supermercado Northgate González en el sur de California.
Los consumidores prefieren comprar comestibles en las tiendas en vez de online
RA: La industria de comestibles está en constante evolución y ahora enfrenta grandes trastornos por los avances en el comercio electrónico. ¿Cómo ve usted esta transformación?
LS: Desde mi perspectiva pienso que esta es una significativa alteración, pero me parece que hay oportunidades existentes dentro de este trastorno.
La tecnología puede mejorar la experiencia tanto para el comprador como para el retailer, si podemos superar los temores y comenzar a pensar más claramente sobre el comprador al que queremos dirigirnos.
Una de las cosas buenas de esta tecnología es que ofrece opciones a los clientes y creo que las tiendas exitosas crearán plataformas para los que quieren seguir haciendo sus compras en las tiendas físicas y para quienes quieran usar los servicios online.
RA: ¿Los supermercados y bodegas independientes, muchos de ellos propiedad de hispanos y otras minorías, están en peligro de no sobrevivir a estos costosos cambios impulsados por la tecnología?
LS: Me parece que hay peligros pero también pienso que los pequeños operadores son mucho más versátiles y pueden tomar decisiones rápidamente y hacer cambios rápidos… Me parece que las tiendas independientes hispanas, las bodegas, tienen mejores oportunidades que las grandes cadenas de crear esas experiencias que están buscando los clientes.
RA: ¿Qué posición tiene el FMI ante la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y la guerra comercial provocada por la imposición de aranceles?
LS: Nosotros pasamos mucho tiempo abogando en nombre de la industria, realizamos muchos estudios e investigaciones con nuestras compañías para entender mejor el impacto de una gran variedad de propuestas de políticas públicas y de acuerdos comerciales, cómo esos acuerdos pueden afectar las operaciones de negocios de nuestros minoristas y mayoristas, así como nuestras compañías proveedoras.
Recientemente llevamos a cabo un estudio junto con la National Retail Federation y la Retail Industry Leaders Association, para explorar lo que significa el TLCAN para los minoristas y sus clientes.
Lo que me parece que es claro para el sector del retail es que el impacto depende mucho en qué tipo de minorista es, qué tipo de productos vende y de dónde se abastece.
La renegociación del TLCAN va a afectar a un numeroso grupo de nuestros miembros de manera diferente. Estamos trabajando muy de cerca con las empresas para ver cómo podemos ayudarlos mejor, mientras ellos tratan de asegurarse de que seguirán teniendo acceso al tipo de productos que quieren sus clientes y a precios que ellos puedan pagar.
Tengo muchas esperanzas de que vamos a lograr una buena renegociación porque desde que se llevaron a cabo las elecciones presidenciales en México hay mucho interés en tratar de finalizar las negociaciones y que todo quede solucionado antes de que el nuevo presidente asuma su cargo en México.