Emprendedores hispanos en EEUU: Desde Guerrero con empeño y garra   

Esta columna me ha dado un privilegio singular. El poder compartir experiencias exitosas de personas hispanas, emprendedores en EEUU, es muy enriquecedor. Las historias suelen ser de inmigrantes con visión y tesón, las cuales no solo nos animan sino también nos enseñan lecciones valiosas. Este es el caso de Alberto Román, oriundo de Guerrero, México.

Nacido en un pueblo pequeño de Guerrero, Alberto llegó primero a Texas donde trabajó, según él, “en lo que fuera”. Después, por algunos conocidos que tenía, se estableció en Los Ángeles en la década de los 80. Comenta, “yo empecé desde abajo, limpiando charolas, pero siempre me ofrecía a hacer más cosas, y así aprendía más y me daban más responsabilidades”.

Por insistencia de unos parientes, Alberto y su esposa se trasladan a Atlanta y él consigue trabajo en la misma cadena hotelera donde trabajaba en Los Ángeles. “Yo estaba muy bien, ganando buen dinero, cuando un primo me hizo ver que podría asegurar mejor mi futuro financiero siendo dueño propio de un negocio. Con esto me hice socio con él en un negocio de un restaurante mexicano”, dijo.

Artículo Relacionado: Los empresarios hispanos en EEUU impulsarán la economía  

Gracias a su experiencia hotelera, Alberto desarrolló una gran sensibilidad por las necesidades de los clientes y cómo satisfacerlos. Con esta confianza y el olfato que requieren los buenos emprendedores, Alberto y su primo tomaron la decisión de abrir otro restaurante mexicano en el suroeste de EEUU a finales de los 90.

Viajaron a Gainesville, Florida, una ciudad universitaria con una población diversa y con recursos. “Aunque no había una población mexicana o latina muy grande tampoco había muchos restaurantes mexicanos. Después de ver las proyecciones que compartió la Cámara de Comercio decidimos abrir en Gainesville”. Hacia finales de los 90 Alberto y su esposa se trasladaron a Gainesville para dedicarse a crecer su nuevo negocio, el restaurante Las Margaritas.

Hoy, son emprendedores con más de dos décadas de haber establecido dos restaurantes mexicanos y una tienda pequeña de carnes, productos frescos y abarrotes. Alberto cita tres factores claves del éxito:

  1. Ayuda de su pareja.  
  2. Asegurar que sus clientes se sienten en casa siempre asegurando su satisfacción.
  3. Tratar a los empleados bien y hacer lo posible para ayudarlos.

Aunque Alberto es un emprendedor que toma riesgos y es muy astuto para los negocios, es el primero en reconocer que sin su esposa no habría logrado el éxito. “Mi esposa ha colaborado en todo lo que se ha hecho, inclusive ella dice que La Tienda Latina, que es el nombre del otro restaurante y el que tiene la pequeña tienda anexa, es de ella misma”.

¡Este columnista también tiene que probar el restaurante! El resultado, unos tacos de birria deliciosos. Sin embargo, fue la diversidad de la clientela lo que más me impresionó al entrar al restaurante, La Tienda Latina.

Era la hora de la cena y todas las mesas estaban llenas. En cada mesa había jóvenes adultos, aparentemente universitarios de diversas razas, todos juntos. Además, se veía mesas de parejas y de familias no hispanas disfrutando de un menú lleno de auténticas delicias mexicanas. También había una mesa de cuatro hombres mexicanos aun con su ropa de trabajo puesto seguramente recordando de los sabores de su tierra natal.

La autenticidad no solo está en el sabor sino también en la clientela.

Según Alberto, un diferenciador clave versus otros restaurantes mexicanos es la pequeña tienda que queda dentro del mismo recinto, pero separado del restaurante por un corredor corto. “La tienda la pusimos para atender a las necesidades de mexicanos que vienen a trabajar en esta zona y quisimos atenderlos con los productos que sabemos que les gusta. Después de 20 años ahora están llegando muchos más mexicanos”.

Las lecciones de estos emprendedores de Guerrero son muy aprovechables. La humildad, su deseo de superación a través del conocimiento, la experiencia y el duro trabajo, han sido el motor de su éxito.