Todos Supermarket no es una poderosa cadena de supermercados y no pretende serlo. Solo tienen dos tiendas, pero dan trabajo a 180 personas convirtiéndolos en uno de los principales empleadores del condado Prince Williams en Virginia. Su propietario, el salvadoreño Carlos Castro, lleva 27 años perfeccionando su negocio y ganándose el aprecio y respeto de la comunidad. Él se ha convertido en una voz que es escuchada por los líderes locales, sus colegas en la industria de los alimentos y a nivel político.
Prestigiosos medios de comunicación a nivel nacional como The Washington Post, USA Today y Huffington Post, han publicado su historia de éxito. Hasta candidatos a la gobernación del estado le han pedido permiso para hacer campaña frente a su supermercado porque saben que este es el lugar donde pueden dirigirse a la comunidad hispana.
Hace un par de meses, el 7 de septiembre, don Carlos, como cariñosamente lo llaman sus empleados y clientes, testificó ante un comité del Congreso en Washington D.C. a nombre de la influyente agremiación National Grocers Association sobre los obstáculos que enfrentan los supermercados independientes para sostener sus negocios por culpa de ciertas leyes.
Don Carlos es un influyente empresario, pero ha mantenido su humildad intacta y siempre tiene en mente que su misión más importante es servir y darle voz a la comunidad hispana.
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Desde que abrió su supermercado en el área de Woodbridge hace 27 años con el respaldo de su esposa Gladis, quien ha sido fundamental para el éxito de la tienda, vio la gran necesidad que había entre los latinos de tener una tienda que ofreciera productos hispanos y donde además pudieran encontrar otro tipo de servicios comunitarios.
Los Castro comenzaron su tienda con tres empleados, en un local pequeño en 1990, a solo unas cuadras de donde se encuentran actualmente sobre la Jefferson Davis Highway en Woodbridge. Encontrar los productos hispanos para venderlos en su tienda era una odisea, en muchas ocasiones los encargaban a conocidos y eran sus propios clientes quienes les decían cuáles eran los productos que querían que tuvieran a la venta.
Con el tiempo, Todos Supermarket se fue ganando la confianza de la comunidad hispana del área que fue creciendo rápidamente. Además de ser la tienda favorita de los latinos, se convirtió en el lugar donde los inmigrantes encontraban información o consejos de todo tipo.
“Yo creo que nos llevó diez años aprender bien el negocio, pero fue muy bello porque además la gente llegaba a hacerle preguntas a mi esposa y ella les decía que regresaran a las 6 de la tarde para que hablaran conmigo. Entonces sin saberlo, nos convertimos en el punto donde la gente nos respetaba porque consideraban que teníamos conocimiento y podían ir a donde nosotros a preguntarnos”, dijo don Carlos a la revista Abasto.
Para administrar las dos tiendas de Todos Supermarket Carlos Castro se ha rodeado de un equipo compuesto en su mayoría por mujeres hispanas, que han demostrado grandes cualidades en el complejo manejo del supermercado. “Para mi, no es importante que mis empleados tengan un título universitario, sino que demuestren sus habilidades en el trabajo, lealtad y poder de decisión”, dijo el empresario salvadoreño.
Carlos Castro entregó al Congreso un importante mensaje
Pero en la competida industria de los supermercados, las tiendas independientes enfrentan muchos retos. Así lo manifestó don Carlos en su testimonio ante un comité del Congreso para explicar las dificultades que enfrentan los supermercados independientes por la abrumadora cantidad de regulaciones que obstaculizan el crecimiento de las pequeñas empresas.
Durante la audiencia titulada “Examinando el mercado laboral de las pequeñas empresas”, Carlos Castro habló ante los legisladores en representación de la influyente agremiación National Grocers Association.
“Las costosas regulaciones a menudo toman mucho de nuestro tiempo y recursos y representan una seria barrera para contratar nuevos talentos”, dijo Castro en su testimonio.
Explicó que 40 o 50 mil dólares tal vez no sean algo significativo en Washington, pero para un comerciante independiente, esa cantidad puede ser suficiente para ponerlo fuera del negocio o impedir la contratación de nuevos trabajadores.
“En Todos, a menudo decimos ‘si tienes una buena actitud y trabajas duro, no hay límite para lo alto que puedes subir’. Con los negocios, debe ser el mismo”, dijo el propietario del supermercado hispano a los legisladores y les pidió “que continúen buscando oportunidades para quitarle a las empresas las cadenas de su pesada carga regulatoria y dejar que negocios como el mío vean lo alto que podemos llegar”.