Rafael Sosa: El rey de las arepas de choclo

Rafael Sosa salió de Venezuela rumbo a Miami hace más de tres décadas buscando un mejor futuro para su familia, pero nunca se imaginó que elaborando arepas de choclo con su esposa Omaira iban a terminar creando una exitosa empresa que ahora produce 70,000 unidades al día.

El éxito alcanzado por Sosa se debe a que supo aprovechar las oportunidades que se le presentaron, muchas horas de trabajo y especializarse en la preparación de un producto natural y saludable.

En un diálogo con la Revista Abasto, Sosa explicó cómo nació el negocio de la arepa de choclo en Miami. “Este es un producto que nace en los años ochenta en el Este de Miami, con la idea de un colombiano y un cubano que crearon este producto para venderlo en los festivales callejeros. Entonces la arepita empezó a tomar vuelo gracias al consumo de la comunidad colombiana”.

Cuando Rafael Sosa se asoció con el que era dueño del negocio y vio el potencial de crecimiento del producto, le propuso en el año 1995 cambiar la estrategia de ventas, sacando las arepas de choclo de la venta callejera en los festivales para ofrecerla en supermercados y a las distribuidoras de servicios de alimentos.

Rafael Sosa junto a la señora Juana, quien lleva 20 años trabajando para la fábrica de arepas de choclo y es la única de todo el personal que sabe los ingredientes de la mezcla secreta para elaborar las arepas.

Cuenta el empresario venezolano que fue en esa época que él se quedó con el negocio de las arepas de choclo y conformó su compañía All Over International Foods.

Inicialmente, todo el proceso de elaboración lo hacían Sosa y su esposa Omaira en su casa y preparaban cerca de 1,200 arepas de choclo al día.

“Desde ese momento hasta el sol de hoy hemos recorrido mucho camino distribuyendo en la parte de retail con diferentes marcas privadas y hemos abordado todas las distribuidoras de servicios de comida”, dijo Sosa.

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Para lograr la aceptación de su producto entre diversos grupos de consumidores realizó una agresiva campaña de degustaciones, de ofrecerla en los eventos públicos, “el truco era que la probaran”.

Pero el gran paso de ser un negocio casero a convertirse en un fabricante industrial, lo logró cuando La Fe se interesó en su producto. “Yo vi el potencial de hacerle una propuesta a Carlos Pena (antiguo propietario de La Fe) y le dije, por qué no hacemos la arepa La Fe para que le metas realmente el corazón y Carlos se entusiasmó y sacamos la arepa La Fe”, dijo Rafael Sosa.

Con el respaldo de esta reconocida marca, el negocio de Sosa se consolidó y la arepa de choclo hizo nombre en el mundo del retail. Esto los ayudó a abrir más puertas con las distribuidoras de servicios de comidas, siendo Sysco una de ellas. “Esta fue la primera vez que teníamos el producto en el retail con La Fe y en el servicio de comidas con Sysco, de ahí en adelante empezó la bola de nieve a rodar”, explicó Sosa.

Ahora cuentan con una fábrica de 14 mil pies cuadrados dedicados exclusivamente a la producción de la arepa de choclo, que es un producto gluten-free, 100 por ciento natural y sin aditivos.

Aunque el sistema de fabricación está automatizado, en la fábrica trabajan 24 personas. Logrando un negocio próspero y estable, Rafael Sosa finalmente le pasó el mando de la compañía a uno de sus hijos y ahora él disfruta de un ritmo de vida más tranquilo ejerciendo las funciones de consultor de la empresa.