Un mes después de que Amazon anunciara la compra de la cadena de supermercados Whole Foods por 13,700 millones de dólares, el gigante del comercio electrónico está comenzando a sentir la presión de diversos sectores que están buscando la forma de detener esta negociación.
Desde tres diferentes frentes, por ahora, se quiere descarrilar esta compra que le dará a Amazon más de 450 tiendas para expandirse en el territorio de la industria de los alimentos que hasta ahora le había sido difícil conquistar.
Dos accionistas de Whole Foods presentaron una demanda en la corte del Distrito Oeste de Texas solicitando la aprobación de una demanda federal colectiva a nombre de miles de accionistas públicos en contra de la cadena de supermercados y su junta de directores. Robert Riegel y Robert Berg alegan que no hubo transparencia en la negociación con Amazon al omitirse información esencial sobre la transacción que abarca las proyecciones financieras de la compañía.
Por otra parte, el Sindicato Internacional de Trabajadores Comerciales y de Alimentos, está preparando una queja ante la Comisión Federal de Comercio (FTC por sus siglas en inglés) en la que asegura que si Amazon compra a Whole Foods esto desencadenará una ola de cierre de tiendas, pérdidas de miles de trabajos y reducción de opciones para los clientes, reportó el diario The Washington Post.
Marc Perrone, el presidente del sindicato, dijo al Post que está preocupado de que el acuerdo le otorgue a Amazon una «ventaja injusta con los proveedores», lo que podría poner a las tiendas pequeñas y medianas fuera del negocio y subir los precios a los compradores, una consecuencia de la competencia limitada, explicó.
Amazon no ha respondido a estas denuncias, pero cuando anunció la compra de la cadena de supermercados hace un mes, el gigante de comercio electrónico dijo en un comunicado que no planeaban eliminar empleos.
No obstante, La FTC no tendría ninguna base legal para bloquear la fusión por motivos de empleo. Los reguladores federales revisan los casos de antimonopolio basados en cómo afectan los precios al consumidor, no si las personas pierden empleos o salarios.
Buscan audiencia en el Congreso sobre compra de Amazon
El tercer frente opositor a la fusión se estaría formando en el Subcomité de la Cámara de Representantes sobre reforma de regulaciones, legislación comercial y antimonopolio. El congresista David Cillicine de Rhode Island, el demócrata de más alto rango en el subcomité, hizo un llamado para que se lleve a cabo un escrutinio a fondo de esta millonaria transacción.
En una carta dirigida al liderazgo republicano del subcomité, Cillicine expresó que «la competencia es esencial para una economía sana, lo que es cierto en todos los sentidos. La compra de Whole Foods propuesta por Amazon podría afectar a las tiendas de comestibles de la vecindad y a los consumidores de todo Estados Unidos».
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El representante demócrata aseguró que «el Congreso tiene la responsabilidad de examinar detenidamente esta fusión antes de que se lleve a cabo. No hacerlo es un mal servicio para nuestros electores «.
Para Gene Kimmelman, presidente de Public Knowledge, un grupo de protección al consumidor, no existe un claro perjuicio competitivo en esa transacción y de acuerdo con la empresa de investigación GlobalData, las compañías combinadas representarán sólo el 1.4% del mercado de comestibles en Estados Unidos.