Vamos a despedirnos rápidamente de 2020 y mirar hacia 2021 y qué nuevas innovaciones en las tiendas de comestibles surgirán de lo que aprendimos en el año que acaba de terminar.
Mi paso por la universidad fue hace muchos, muchos años, pero uno de los conceptos que aprendí (y recuerdo) de mis clases de marketing fue el del “Ciclo del Comercio Minorista”.
El concepto es que las instituciones minoristas experimentan el ciclo de innovación, crecimiento, madurez y declive, como los bienes y servicios que venden.
Con el desarrollo del supermercado, los compradores pueden satisfacer muchas de sus necesidades en una sola parada.
A lo largo de los años, las tiendas de comestibles se volvieron muy eficientes en su desarrollo y operación. Se hicieron cada vez más grandes; los cuartos traseros se redujeron ya que los mayoristas pudieron proporcionar entregas diarias con capacidades de inventario justo a tiempo; el surtido de tiendas creció; y se agregaron bienes y servicios adicionales como tintorerías, restaurantes, spas y artículos para el hogar y artículos de regalo.
En una operación de margen de beneficio neto bajo, la incorporación de estos departamentos y servicios de alto beneficio sin duda fue bien recibida como una forma de aumentar los márgenes de beneficio generales de la tienda de comestibles.
¡Y luego llegó el COVID-19! Los hábitos de compra de los consumidores cambiaron rápidamente. Primero, hubo acaparamiento por parte de los compradores y los minoristas lucharon por mantener en inventario alimentos y artículos esenciales para el hogar.
Luego hubo un fuerte aumento en las compras en línea y los minoristas reaccionaron rápidamente redirigiendo a los empleados para que fueran recolectores de pedidos, empacadores y conductores de entrega en la tienda.
Este aumento en los pedidos en línea generó retrasos en los estacionamientos mientras los compradores esperaban recoger sus compras frente a la tienda. Las tiendas de comestibles reaccionaron creando zonas de recogida de pedidos en línea y plazas de estacionamiento adicionales.
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Lo que también presencié recientemente en mi tienda local fue la reutilización del área para comer donde los clientes anteriormente podían consumir alimentos comprados en la tienda. Estas áreas de comedor fueron clausuradas con los recientes cierres obligatorios de restaurantes en Minnesota, donde yo vivo.
Mi tienda de comestibles local convirtió esta área en un espacio de almacenamiento para el inventario de artículos esenciales. Este tendero prácticamente no tiene cuarto trasero y sin la capacidad de saber con seguridad que pueden recibir estos artículos para rellenar los estantes cada noche, reencarnaron el «cuarto trasero». Están utilizando el antiguo comedor para almacenar papel higiénico, toallas de papel y harina.
Los cambios requeridos por el COVID-19 nos han lanzado al siguiente paso en el ciclo de la venta minorista. Si los expertos en investigación de consumidores tienen razón, los compradores han respondido favorablemente a los cambios en la experiencia de compra y no volverán a sus hábitos de compra «anteriores al COVID-19».
Continuarán y aumentarán su uso de entrega o recogida frente a la tienda de comestibles. Esos hábitos se extenderán más allá de la comida y también afectarán otros bienes y servicios por los que anteriormente frecuentaban su tienda local.
En 2021, ¿comenzaremos a ver la reducción en el espacio asignado a las compras en una tienda de comestibles?
Con el aumento de los pedidos en línea, la entrega y la recolección frente a la tienda de comestibles, no será necesario tener un suministro de días predeterminados para los estantes, por lo tanto, el área de compras se puede reducir y el espacio de la trastienda aumenta y se convierte en un centro de cumplimiento para pedidos en línea.
Predigo que en 2021 veremos el comienzo de las tiendas de comestibles de hoy convirtiéndose en centros de cumplimiento de pedidos del mañana.