Nestle quiere despedirse de su negocio de dulces en Estados Unidos

Nestle está considerando la venta de su negocio de dulces en Estados Unidos, que incluye Butterfinger, BabyRuth y 100Grand. Se espera que la decisión final ocurra a finales de 2017.

El gigante suizo de confitería dijo en un comunicado que permane «totalmente comprometido con el crecimiento de sus principales actividades internacionales de confitería en todo el mundo, en particular su marca mundial KitKat».

En los Estados Unidos, Kit Kat se produce bajo la licencia de Hershey y no forma parte de la cartera de Nestle.

Aunque la compañía planea separarse del mercado estadounidense de caramelos, la venta no cubrirá los productos para hornear Toll House, lo que significa que los clientes estadounidenses pueden seguir fabricando esas icónicas galletas de chocolate y seguirá creciendo en la categoría de dulces a escala mundial.

Las ventas de dulces en 2016 fueron decepcionantes para Nestle

Nestle ocupa el cuarto lugar en términos de acciones en la bolsa de valores en la categoría de confitería en Estados Unidos. Los tres primeros competidores son Mars, Hershey y Modelez.

Según la empresa suiza, el negocio de confitería en Estados Unidos tuvo resultados de casi $930 millones de dólares el año pasado y este país es el mayor mercado de Nestle en este negocio internacional, con unas ventas totales de $27,300 millones de dólares.

No obstante, Nestle dijo a principios de este año que las ventas de dulces en 2016 fueron decepcionantes, y la presión de los precios mundiales lo ha obligado a recortar los costos.

La compañía fue fundada originalmente en 1866 y actualmente opera actualmente en 191 países alrededor del mundo. En Estados Unidos solamente, Nestle emplea a más de 51,000 personas en 47 de los 50 estados de la Unión.

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La compañía tiene como objetivo centrarse en el crecimiento de sus marcas más saludables y la expansión de las categorías, incluyendo cuidado de mascotas, agua embotellada, comidas congeladas, alimentos infantiles y helados.

Esta estrategia, subrayada por el nombramiento del año pasado de un veterano de la salud como CEO, Mark Schneider, surge mientras todo el sector de alimentos envasados ​​batalla debido a una desaceleración de una nueva generación de consumidores inteligentes que están comiendo alimentos más frescos y saludables.