Donde hay retos, hay oportunidades. Así lo ha comprobado una y otra vez Sally Hernández, Vicepresidenta de Comestibles de la cadena de supermercados de Superior Grocers, a lo largo de su exitosa carrera en la industria de supermercados.
Con cerca de 40 años trabajando en diferentes cadenas de tiendas en California, Hernández ha tenido la oportunidad de conocer todos los aspectos de la operación de un supermercado y experimentar de primera mano la conexión que se forma entre una tienda y la comunidad a la que sirve.
Abasto entrevistó a Sally Hernández para conocer su historia, los pasos que ha dado en su vida escalando posiciones, rompiendo barreras, y apoyando a los supermercados y fabricantes de alimentos hispanos a crecer y tener éxito en Estados Unidos.
Hernández nació en East Los Angeles y junto con sus tres hermanos, crecieron en West Covina, donde sus padres, de origen mexicano, compraron su primera casa. Hernández recuerda que ellos eran la única familia latina en la cuadra donde vivían, pero no obstante, en su hogar siempre conservaron su cultura mexicana y el idioma español.
Cómo nació su pasión por trabajar en la industria de supermercados
Cuando Hernández terminó la escuela superior, siguió sus estudios de College mientras que trabajaba como maestra asistente en el Distrito Escolar de Los Angeles, pero el destino tenía otros planes para ella.
Eran tiempos difíciles y sus padres necesitaban ayuda, recuerda Hernández, así que buscó un trabajo de medio tiempo como cajera en el supermercado Amar Ranch Market, que quedaba muy cerca de su casa.
“Casi que, sin darme cuenta, yo ya estaba trabajando tiempo completo en la tienda y los dueños me querían mucho. Como esa compañía fue creciendo, yo dejé la universidad para dedicarme a trabajar con ellos tiempo completo”.
Fue así que Hernández, a los 19 años, se dio cuenta que había un futuro en el negocio de los supermercados y dio el primer paso de su carrera en la industria, en la que avanzó con éxito gracias al apoyo de sus padres y al deseo de darle un buen futuro a su hija, quien ahora es una profesional con maestría en educación dual.
En Amar Ranch Market, donde trabajó por 15 años, Hernández experimentó la especial conexión que las tiendas construyen alrededor de los vecindarios a los que sirven.
“Para mí era muy grato, yo iba a la iglesia el domingo y la gente me saludaba. Mi mamá me preguntaba, quién es y yo le decía no sé, pero seguro que son clientes de la tienda que me reconocen”.
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A medida que el supermercado fue abriendo otras tiendas, Hernández ocupó diversos cargos con mayores responsabilidades y aprendió el negocio en todo su espectro.
“Un día el director del supermercado me preguntó, Sally, qué es lo que quieres hacer en tu futuro, ser una directora de tienda o trabajar en la oficina, y yo pensé, ¿8 a 5 en la oficina?, prefiero la oficina, y fue cuando empecé a entrenar empleados y luego me nombraron asistente del comprador”.
En los años 90, dice Hernández, no había mujeres dirigiendo las compras de productos para los supermercados, ese era un puesto dominado por los hombres. Ella pensaba que siendo latina y mujer no iba a ser considerada para el cargo. Pero su mentor Jerry Schumaker, le enseñó el trabajo de compradora y se ganó el nombramiento.
Hernández ya comenzaba a darse a conocer en la industria y un reclutador le ofreció trabajo en la cadena de tiendas Gigante. Así, de una empresa familiar dio el brinco a un negocio corporativo. Por sus logros y su reputación de ser firme pero justa como compradora, los reclutadores la siguieron buscando para ofrecerle nuevas oportunidades en la industria.
El liderazgo de una mujer hispana
En 2004 se fue a trabajar con la cadena El Super, cuando tenían seis tiendas y duró diez años en la compañía, que en ese tiempo creció al punto de llegar a los 50 supermercados.
Desde sus tiempos como maestra asistente, siempre le gustó enseñar, compartir sus conocimientos y vencer los retos para alcanzar el éxito. Esto la motivó a dejar a El Super para irse a trabajar con la cadena de tiendas Mi Pueblo en el norte de California, a pesar de que la empresa estaba saliendo de un proceso de bancarrota. “Es que me buscan los retos, eso fue un gran cambio para mí”, explica Hernández.
En Mi Pueblo fue nombrada Vicepresidenta de Compras y al cabo de tres años la compañía fue comprada por Cardenas Markets. Hernández hizo una transición a Vicepresidenta del Centro de la Tienda, responsable de estrategias y de la mercancía, donde laboró por seis años.
Durante estos años de crecimiento profesional Hernández conoció y mantuvo una buena amistad con Mimi Song, la fundadora de Superior Grocers, y en más de una ocasión hablaron de la posibilidad de trabajar juntas.
El momento llegó en 2020, casi al mismo tiempo que la pandemia del Covid. Con este gran reto la nueva Vicepresidenta de Comestibles de Superior Grocers tuvo que enfrentar con su nuevo equipo la crisis de suministros y los anaqueles de las tiendas vacíos. Lograron mantener las 45 tiendas operando además de conseguir suficiente surtido para responder a la demanda de los ansiosos clientes.
En los tres años que lleva Hernández con Superior Grocers la cadena ha crecido a 70 tiendas y el objetivo es que para 2025 alcancen las 100 tiendas.
“Vamos muy bien, es una gran compañía porque a las directivas, Mimi y Richard Wardwell, realmente les importa su gente, cómo están ellos, sus familias. Estoy muy contenta y espero que esta sea la última parada en mi profesión”, dice Hernández.
Confiesa que le gustaría ver que Superior Grocers llegue a las 200 tiendas. “Ese sería mi legado”, concluye la Vicepresidenta de Compras.