Artículo Cortesía Paola Ochoa, AgTools
Para conocer un poco de este tubérculo vayamos a sus orígenes. Los primeros cultivos de papa se originaron hace unos 6,000 a 10,000 años, justo al norte del lago Titicaca en Perú y con el paso del tiempo su esparcimiento fue tan grande que llegó a Europa. Aunque en un principio los europeos no se veían convencidos de tenerla y buscaban cualquier excusa para no consumirla, terminó convirtiéndose en un alimento fundamental en el viejo continente.
Si queremos ser más específicos en cuanto la llegada de este producto a suelo europeo, tenemos que irnos al año de 1560, aunque curiosamente en ese tiempo se usaba más como un elemento decorativo en los jardines debido a su flor.
En América Latina existen entre 4,000 a 5,000 variedades de papas, lo que demuestra que es un cultivo muy afianzado en la gastronomía de esta región.
Gracias a su versatilidad, la papa se puede preparar de muchas maneras, convirtiéndola en un producto que se encuentra, fresco, en harina, congelado y deshidratado; esto ha permitido un amplio abanico de opciones en la cocina latinoamericana y sus platillos.
Y por supuesta la papa es muy empleada en la cocina hispana para preparar sopas, caldos, cremas, guisos, purés, antojitos, tortitas y, por supuesto, papas fritas.
La papa contiene casi todas las vitaminas y nutrientes importantes, excepto las vitaminas A y D, lo que hace que sus propiedades no tengan rival en ningún otro cultivo.
Es un alimento energético, además de fácil preparación y muchísimas variedades al momento de cocinarlas, agregando también que es económico y se le saca el mayor provecho en cuanto a consumo, ¡La papa es tan importante en la vida diaria de las personas que tiene incluso su propio día! Y es justamente el 30 de mayo, el Día Mundial de la Papa.
En la actualidad el consumo de papa es, en promedio, de 52.3 libras por persona al año; 50 por ciento es papa fresca y el resto, procesada, principalmente como ‘papa a la francesa’, chips y deshidratada, mientras que sus ventas representan 15% del total del mercado de alimentos.
En 2019 en Estados Unidos se comercializaron 8.9 billones de libras de papas, mientras que en 2021 se vendieron 9.4 billones de libras, lo cual representa un aumento del 5.49%, el cual podemos apreciar en la siguiente gráfica:
El 62.5% de estas papas provienen de tres regiones principales: Idaho, con un 37% de la producción, siendo el condado de Bingham el mayor productor; Colorado, con un 15%, principalmente en el Valle de San Luis y Canadá, con un 10.46%.
Estas regiones se complementan para producir el tubérculo durante todo el año, haciendo posible que se pueda disfrutar de papas frescas en la mesa en todo momento.
Pero estas no son las únicas regiones que la producen. En 2021 la papa se cultivó en 19 estados.
Idaho, que es el principal productor de papas dentro de Estados Unidos, ha tenido una disminución en sus volúmenes de producción del 5.76% comparado con 2017, llegando en 2021 a su nivel de producción más baja en los últimos seis años.
Al analizar los precios que el consumidor final paga por la papa a nivel nacional, podemos ver cómo la papa amarilla es la del precio más volátil, pasando de estar a $0.64 la libra en marzo, a $1.69 en diciembre de 2021, mientras que la variedad Russet es la del precio más estable.
Además de ser una fuente energética natural, la papa tiene propiedades antiinflamatorias, así que su consumo puede beneficiar a las personas que sufren de artritis y reumatismo. También tiene beneficios contra la anemia.
Con la versatilidad de las papas, las posibilidades de su uso y consumo son infinitas.