Entrevista exclusiva: Alfredo Rivera, el primer hispano nombrado presidente de Coca-Cola Norteamérica

«Un Verdadero Líder es un Gestor de Cambio»
Alfredo Rivera fue nombrado presidente de Coca-Cola Norteamérica en agosto del año pasado y se convirtió en el primer hispano en ocupar esta destacada posición en la compañía. El ejecutivo, quien tiene 23 años trabajando para Coca-Cola, nació en Honduras y la mayor parte de su experiencia profesional la desarrolló en Latinoamérica.

Rivera, de 59 años de edad, ofreció una entrevista exclusiva y respondió por escrito a las preguntas de la Revista Abasto en medio de una ocupada agenda de trabajo por los cambios operacionales que está implementando la compañía Coca-Cola en medio de la pandemia del coronavirus.

De una manera humilde y con mucha franqueza Rivera relató sus experiencias como estudiante en su natal Honduras, sobre su pasión por los deportes y su vida universitaria en Estados Unidos. Tiene una licenciatura en historia y una maestría de la Universidad del Sur de Mississippi. También completó el Programa de Gestión Avanzada en la Escuela de Negocios de Harvard.

Sobre el liderazgo y cómo alcanzar el éxito, Rivera describió cómo fue ascendiendo en su trabajo con Coca-Cola y qué valiosas enseñanzas le dejaron los momentos de crisis en su carrera.

Alfredo Rivera presidente de Coca-Cola Norteamérica
Alfredo Rivera, presidente de Coca-Cola Norteamérica.

Revista Abasto: Comencemos con su historia en Honduras, dónde nació, cómo vivió su niñez y adolescencia, ¿podría describir cómo fue su ambiente familiar?

Alfredo Rivera: Tuve una infancia muy feliz en Honduras. Vivíamos en un pequeño pueblo rodeado de fincas bananeras de Chiquita donde trabajaban mis padres. Fue un buen lugar para crecer.

RA: ¿Cómo le fue como estudiante, cuáles eran sus clases favoritas en la escuela?

AR: Lo hice bastante bien en la escuela. Disfruté aprendiendo sobre historia, geografía y estudios sociales, pero no era un fanático de las matemáticas.

RA: ¿Cuáles eran sus pasatiempos favoritos, la música, la lectura o le gustaba algún deporte en particular?

AR: El fútbol era mi actividad favorita, de lejos. Jugué mucho fútbol con mis amigos todos los días después de la escuela. También me encantaba leer, ciencia ficción durante un periodo de tiempo, pero realmente cualquier cosa que pudiera tener en mis manos. Y por un tiempo me dediqué a pescar. Había un lago a una hora y media de nuestra casa y mis padres me dejaban allí para pescar lubina negra.

RA: Cuando terminó la escuela secundaria, ¿qué lo motivó a obtener una licenciatura en estudios latinoamericanos y un MBA?

AR: Asistí a la escuela secundaria en Mississippi y, para ser honesto, no sabía qué quería hacer después. Pero la Universidad del Sur de Mississippi estaba en el camino, así que me inscribí y terminé por amarla. Al principio, pensé que quería seguir con ingeniería, pero rápidamente aprendí que no era para mí. Entonces me encontré con un profesor del programa de Estudios Latinoamericanos; el programa sonaba interesante, así que apliqué y fui aceptado.

RA: ¿Dónde aprendió inglés? Como hispano, ¿cómo fue su experiencia estudiando en una universidad estadounidense?

AR: Mi ciudad natal en Honduras tenía una escuela estadounidense para niños cuyos padres trabajaban en las fincas bananeras. Entonces aprendí inglés a una edad temprana. La escuela llegaba al octavo grado, luego asistí a un internado en Estados Unidos. Tuve una gran experiencia en la Universidad del Sur de Mississippi en el programa de Estudios Latinoamericanos. También jugué en el equipo de fútbol de la universidad, lo cual fue muy divertido.

RA: Después de finalizar sus estudios universitarios regresó a Honduras. ¿A qué edad tuvo su primer trabajo, qué es lo que más recuerda de esa experiencia?

AR: Tenía 22 años cuando conseguí mi primer trabajo después de la universidad. Me contrató un embotellador de Coca-Cola, Cervecería Hondureña. Siendo tan joven, recuerdo estar nervioso y darme cuenta de que no sabía nada sobre el mundo empresarial. Tenía mucho que aprender.

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RA: Cuando comenzó a trabajar en la industria de bebidas, en Cervecería Hondureña, ¿tenía idea de dónde quería crecer profesionalmente?

AR: Disfruté de lo que estaba haciendo en Cervecería Hondureña. Estaba aprendiendo y creciendo como profesional, pero todavía no estaba tan concentrado en planificar mi carrera. Estaba más concentrado en el momento.

RA: La década de los ochenta fue difícil en Honduras debido a conflictos sociales y políticos y una economía débil. ¿Cómo influyeron estos eventos en su vida y trabajo?

AR: Recuerdo haber visto militares en las calles con tanta frecuencia que, en cierto modo, se volvió normal para mí. Pero sé que, lamentablemente, la situación empeoró mucho después de que me fui de Honduras. En ese momento, estaba viajando por todo el país por trabajo visitando nuestros centros de ventas, así que me mantuve ocupado. Conocí a mucha gente de esa manera y aprendí el negocio rápidamente.

RA: ¿Y cuál fue el proceso que atravesó para unirse finalmente a la compañía Coca-Cola?

AR: Debido a mis roles con los embotelladores de Coca-Cola en Honduras y luego en El Salvador, estaba en contacto regular con la empresa. De hecho, me ofrecieron y rechacé un puesto en la compañía Coca-Cola dos veces. No fue hasta un viaje a Atlanta a la sede de la empresa en 1993 que comencé a darme cuenta de la increíble oportunidad de crecimiento que podía tener con la empresa. Todos los que trabajaban en la sede eran de todo el mundo y muy inteligentes. Sabía que era hora de hacer un movimiento para seguir creciendo en mi carrera. Así que al final, todo salió bien y pude llevar mis experiencias del sistema de embotellado a la empresa unos años más tarde.

RA: Sus cualidades de liderazgo y conocimiento de gestión y ventas en la industria de bebidas le permitieron forjar un camino exitoso con Coca-Cola. Pero en la vida, no todo es color de rosa: ¿Qué experiencias puedes compartir sobre los desafíos, errores o dificultades que ha tenido que enfrentar durante tus 23 años de trabajo con Coca-Cola?

AR: Cuando dirigí una región en Brasil, aprendí una lección importante sobre la responsabilidad. Nuestra unidad de negocios fue la más grande de la región, pero nuestros resultados no fueron lo suficientemente buenos. La forma en que dirigía a nuestro equipo era demasiado conservadora. No me atreví a cambiar el negocio y mejorarlo; iba con la corriente. Fue una experiencia dolorosa porque casi pierdo mi trabajo por eso. Pero también fue una buena experiencia de aprendizaje porque entendí que depende de mí ser un catalizador del cambio, y no esperar a que alguien más lo haga. Años después, esta lección sigue siendo un lema personal que comparto con mi equipo: «Siempre es mejor ser un agente de cambio que una víctima del cambio».

RA: En su trabajo liderando operaciones en México y luego en América Latina y el Caribe, ha tenido que liderar la transformación del negocio. ¿Qué consejo puede ofrecer a otros líderes, para que triunfen en los procesos de transformación de sus empresas y salgan fortalecidos?

AR: 1. Desafíate a ti mismo y a la forma en que haces las cosas. 2. Cuando el negocio va bien, no te sientas satisfecho. 3. Porque es en ese momento que debes esforzarte para aprender más, experimentar más y mejorar para lograr resultados aún mayores.

RA: Usted es el primer hispano en ser nombrado presidente de Coca-Cola Norteamérica. ¿Para usted qué significa ocupar este cargo?

AR: Ser nombrado presidente de la Unidad Operativa de América del Norte de la compañía Coca-Cola es un gran honor. Y es una gran responsabilidad. Me siento profundamente honrado de liderar el mercado insignia de la empresa donde comenzó Coca-Cola hace más de 134 años. Pensando en mis días jugando fútbol cuando era niño en Honduras, desde mi primer día de trabajo en la Cervecería Hondureña hasta hoy, ha sido un viaje increíble. Estoy entusiasmado con este nuevo capítulo trabajando con mis colegas de Coca-Cola Norteamérica.

RA: Un puesto como el que ocupa ahora requiere dedicación, disciplina y muchas horas de trabajo. ¿Cómo mantiene el equilibrio entre su trabajo y su familia?

AR: Mantengo una buena rutina de sueño: me acuesto temprano y me levanto temprano. Me levanto alrededor de las 5:30 a.m. para hacer ejercicio antes de comenzar mi día. También encuentro momentos durante la semana para hacer una pausa y leer.

RA: ¿Tiene algún pasatiempo que le ayude a mantener a raya el estrés del trabajo?

AR: Me gusta andar en bicicleta. Me recuerda cuando era niño en Honduras. Mientras voy en bicicleta, escucho audiolibros o música; es una forma de aprender mientras disfruto del aire libre. Es divertido andar en bicicleta.

RA: La pandemia de coronavirus ha transformado el mundo y todos esperamos que en 2021 las cosas mejoren. En términos de economía, ¿cuál es su visión de lo que podemos esperar en el nuevo año?

AR: Soy optimista de corazón, así que creo que 2021 será bueno. Todo dependerá de cómo sigamos manejando el COVID-19 a medida que las vacunas estén disponibles.