En memoria de Gustavo “Gus” Gutiérrez: Le apostó a las tortillas en Las Vegas y ganó en grande

Gustavo “Gus” Gutiérrez luchó por más de un mes contra los devastadores efectos del Covid-19 pero en noviembre del año pasado, a los 61 años, falleció en Las Vegas, la ciudad donde décadas atrás se estableció y forjó un legado por su dedicación a la industria de las tortillas y su compromiso social con la comunidad.

Durante la Convención de TIA, la feria comercial de la Tortilla Industry Association que se llevó a cabo en San Antonio, Texas, el pasado mes de julio, se celebró la vida de “Gus” Gutiérrez y sus innumerables aportes a la industria como miembro de la asociación y CEO de la empresa Tortillas Incorporated.

Así mismo, en una entrevista con Abasto, Natalie Bacany-Gutiérrez y María Teresa Gutiérrez, hija y hermana respectivamente de “Gus” Gutiérrez, recordaron la vida de este empresario ejemplar, a quien describieron además como un gran ser humano, de corazón generoso y trabajador incansable.

 “Gus” Gutiérrez nació en Guadalajara, Jalisco. A comienzos de los años 60, se mudó a California con su familia y siendo un adolescente se trasladó a Las Vegas donde comenzó a trabajar en un hotel a la edad de 17 años.

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María Teresa, quien quedó a cargo de la empresa como presidenta tras el fallecimiento de su hermano “Gus”, dijo que el negocio de tortillas lo comenzó su padre, José Luis Gutiérrez, en el garaje de su casa a finales de los años 70. “Mi hermano y yo, todos los días después de que salíamos de nuestros trabajos, íbamos a ayudar a hacer las tortillas”.

El espíritu de comerciante de “Gus” Gutiérrez pronto salió a relucir cuando logró concretar la primer gran venta de tortillas a un restaurante mexicano de Las Vegas, “esa fue la primera cuenta que tuvo el negocio”, recordó María Teresa.

La comunidad latina comenzó a crecer en las Vegas, nuevas tiendas hispanas comenzaron a abrir sus puertas y en poco tiempo el negocio de tortillas de los Gutiérrez comenzó a crecer. Consiguieron otra máquina para hacer tortillas, se mudaron a un local donde vendían sus tortillas y así empezó el camino de éxito para “Gus” y su familia.

Con la obtención de una nueva máquina para producir tortillas en gran volumen se mudaron a una espaciosa bodega. De diez empleados crecieron hasta tener cerca de cien y su marca de tortillas, tostadas y chips, Los Arcos, se hizo famosa. El espíritu comercial de “Gus” impulsó el negocio familiar llevándolo a ser muy próspero con el apoyo de todo el equipo de trabajo.

Pero según su hija Natalie, quien ahora es la gerente general de la empresa, y su hermana María Teresa, para “Gus” era muy importante compartir esa prosperidad. “Mi papá creía en lo importante de ‘pay it forward’ y por eso le gustaba ayudar a los demás porque decía que, así como daba, recibía”, dijo Natalie.

“Cuando Gus nos dejó y tuve que empezar a organizar sus papeles en la oficina y revisar el correo, Dios mío, él daba mucho, creo que él hacía donaciones a todas las organizaciones de la ciudad, pero era algo que Gus no comentaba, pero con razón era un hombre tan bendecido”, dijo su hermana, muy emocionada.  

Cuando la pandemia obligó al cierre de los negocios, la tortillería de “Gus” Gutiérrez se vio seriamente afectado porque gran parte de sus ventas eran a los restaurantes, muchos de sus empleados cayeron enfermos y “Gus” se la pasaba día y noche trabajando operando la maquinaria hasta que la última semana de septiembre cayó enfermo. En octubre fue hospitalizado y a pesar de que batalló contra el virus por un mes, peleando duro como “Rocky” su personaje favorito del cine, el 8 de noviembre falleció.

A pesar de la pérdida de “Gus” Gutiérrez, su hermana y su hija, siguen al frente de Tortillas Incorporated, honrando su memoria y continuando el trabajo que él amó durante casi toda su vida.