Los dos años que llevamos en crisis, debido a la pandemia, ha obligado a las personas a cambiar su interacción personal y laboral, e indudablemente la tecnología ha sido un factor determinante. Esta particularidad seguirá manifiesta en el futuro donde las cosas no volverán a ser como antes, influenciadas por las campañas en las redes sociales que, sin ser extremas, han sido efectivas.
Las marcas DTC comenzaron a probar herramientas como los videos, recurrir a personas influyentes para correr la voz sobre sus productos y también a conformar equipos para ayudar a construir comunidades en línea.
Independientemente de la estrategia que adopten, el objetivo final de las marcas DTC es impulsar el marketing de boca en boca usando las redes sociales.
Las marcas DTC son las que llegan directamente al consumidor y solo venden en línea. Generalmente pasan por alto a los minoristas, aunque algunas han creado canales emergentes para complementar el viaje omnicanal que los consumidores de hoy en día esperan.
Artículo Relacionado: Tres importantes tendencias del eCommerce
Esta modalidad está centrada en crear estrategias directas al consumidor (DTC o D2C), táctica que ha proporcionado gran efectividad para llegar a las vidas de los clientes a través de las redes sociales. Las marcas DTC también están invirtiendo en comunidades en línea para humanizar, aumentar la retención de clientes y superar los vertiginosos costos publicitarios.
De hecho, las ventas de comercio electrónico directas al consumidor generaron $111,540 millones en Estados Unidos el año pasado, por lo que no sorprende que las marcas de DTC estén doblando la creciente tendencia. La empresa de investigación de mercado eMarketer predice que las ventas de DTC en 2023 alcanzarán la cifra de $174,980 millones.
Hans Kluge, Director Regional de la OMS en Europa, sostiene que “la pandemia nos ha empujado a ser más tecnológicos, a exponernos más a nuevas herramientas tecnológicas y la parte más trascendental se ve en la comunicación interpersonal”, circunstancia que abrió grandes oportunidades en el espacio del comercio electrónico.
De hecho, con la crisis el consumo de contenidos digitales aumentó en las redes sociales y avanza sin descanso a través de internet. Una de las herramientas más usadas por las marcas DTC es el video, que permite desbloquear el poder del comercio social.
Por otro lado, la drástica caída del retorno de la inversión publicitaria está empujando a las marcas a fidelizar el cliente de por vida, promoviendo su lealtad, donde la confianza es punto clave del futuro del comercio electrónico, convirtiendo a las redes sociales en el epicentro donde los usuarios pasan la mayor parte de su tiempo.
Las redes sociales no solo son una excelente vitrina virtual y de consulta, sino que generan otra serie de ventajas para el comercio como la interacción, la confianza y la rapidez.
Así las cosas, el panorama de la actividad de comercio electrónico se está congregando en estas aplicaciones, desde el marketing de marca hasta el servicio directo al cliente y las acciones promocionales para la compra final.