La brecha digital destapada por la pandemia

La pandemia sorprendió al mundo imponiendo una nueva realidad en el comportamiento de las personas, en las formas de consumo, en el mercado laboral y en la economía. Generó una serie de nuevas oportunidades, pero destapó la brecha en el acceso de uso de las nuevas tecnologías, entre los países que tienen fácil ingreso a la transformación digital y los que no cuentan con recursos ni herramientas para ingresar a dicha “virtualidad”.

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), que se llevó a cabo en junio, reunió a expertos de todo el mundo para examinar cómo las nuevas tecnologías están trabajando para mejorar la vida cotidiana, mientras el mundo se recupera lentamente de la crisis del Covid-19.

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La vicesecretaria general de Naciones Unidas, Amina Mohammed, afirmó que “la recuperación post-pandémica ofrece la oportunidad para centrarse en tres transiciones claves que están fuertemente vinculadas a la ciencia, la tecnología y la innovación.
Uno: garantizar un futuro digital inclusivo.
Dos: acelerar el desarrollo de las energías renovables.
Tres: transformar la forma en que producimos y consumimos los alimentos”.

Por otro lado, la directora de tecnología de UNCTAD, Shamika Sirimanne, sostuvo que «la pandemia ha resaltado la necesidad urgente de priorizar la ciencia y la tecnología en términos políticos, de asignación de recursos y de cooperación internacional».

Sirimanne sostiene que “es vital que todos los países tengan el mismo acceso a los beneficios de los tratamientos médicos que pueden salvar vidas, no sólo para la pandemia sino también para las enfermedades relacionadas a la pobreza, las futuras emergencias sanitarias y los brotes de enfermedades infecciosas”.

Buena parte del mundo empresarial comprobó que podía continuar con sus actividades prolíficas, apoyándose en el comercio electrónico a través del trabajo remoto y con reuniones virtuales, modalidad que seguramente no desaparecerá  en el futuro, pues en la mayoría de los casos se han obtenido buenos resultados y también un ahorro de dinero y tiempo en los desplazamientos físicos.

Así las cosas, la tecnología puede permitir a los países desarrollados saltar los paradigmas anteriores a través de la inteligencia artificial, machine learning, blockchain o internet, pero: ¿qué pasará con los que no tienen la misma facilidad de acceso? Existe el riesgo de que las desigualdades entre “conectados” y “desconectados” acentúen la brecha digital, destapada por la pandemia.

En el contexto post-pandémico el trabajo requerirá la combinación de habilidades claves entre empresarios y empleados preparados, a la hora de mejorar los procesos e impulsar la innovación, pues la pandemia está generando un nuevo escenario que permite a las “organizaciones ágiles” aplicar una forma distinta de trabajar y organizarse, utilizando la tecnología como aliado estratégico.

Lo que viene y que tomará su tiempo es muy distinto a cómo se vivía antes, porque el mundo post-pandemia no va a ser igual. La recuperación sobrelleva un reto global que incluye los países desconectados, procurando que la brecha digital, por lo menos, no aumente.