El sol brilla para Dulzura Borincana

La fama de Dulzura Borincana ha llegado a tal nivel, que hasta la familia Simpson fue a visitarlos a su fábrica en Moca, Puerto Rico, donde Homero se volvió loco devorando las famosas barritas de ajonjolí que allí producen.

Pero no solo los personajes de esta icónica serie animada estadounidense pueden dar fe de la calidad y sabor que caracterizan a los productos de Dulzura Borincana. Esta fama la han obtenido a punta de arduo trabajo, investigación y educación durante los últimos 20 años.

Carlos Rivera y su esposa Carmen Ríos, propietarios de Dulzura Borincana, reconocen que la clave del éxito de su empresa ha sido en gran medida por su permanente interés en aprender sobre procesos de innovación y mantenerse al tanto de las tendencias de los consumidores.

Pero tampoco puede faltar el aguerrido espíritu de lucha puertorriqueño que hasta en los momentos más críticos, como por el paso del devastador huracán María en septiembre de 2017, los ha ayudado a salir adelante a ellos y a los 40 trabajadores de su fábrica de dulces y snacks saludables.

“Cuando pasó el huracán no estábamos en Puerto Rico, Carlos y yo nos quedamos varados en Nueva York y nuestra primera preocupación fue que nuestros empleados y sus familias estuvieran a salvo y lo segundo que pensamos fue qué vamos a hacer porque no sabíamos si la fábrica seguía en pie. Ya no se trataba de nosotros dos sino de 40 familias que dependen de nosotros”, recordó Ríos.

A pesar de los grandes retos que enfrentaron con el huracán María, Dulzura Borincana reactivó sus operaciones a las tres semanas y desde entonces ha logrado tener un crecimiento exponencial, abriendo nuevos mercados en Estados Unidos, presentando nuevas líneas de snacks saludables y obteniendo reconocimientos como el premio de Elaborador del Año de la Asociación MIDA y credenciales por la calidad de sus dulces.

Dulzura Borincana dona $25,000 a la Sociedad Americana contra el Cáncer de Puerto Rico

Dulzura Borincana está produciendo 20 sabores distinctos

“Somos la primera empresa puertorriqueña en adquirir la certificación de productos Non-GMO tras un proceso de auditorías muy controlados”, dijo Carmen Ríos a la revista Abasto.

El trabajo en equipo, la comunicación y la integración de parte del personal permitió a la empresa sacar adelante este proyecto de elaboración de productos que no provienen de organismos genéticamente modificados (Non-GMO).

“Cuando tú empoderas a tu personal para tener una responsabilidad, pues eso les da un sentido de compromiso y yo creo que ese ha sido el éxito de la implementación del proyecto”, destacó Ríos.

Dulzura Borincana está produciendo en la actualidad 20 sabores distintos de snacks en 40 diferentes modelos de empaques en las instalaciones de su fábrica de 22,000 pies cuadrados la cual cuenta además con la tecnología más avanzada y que ha sido adaptada para las necesidades específicas de elaboración de sus dulces.

Con su línea de snacks saludables están conquistando el mercado estadounidense no sólo por la calidad de la presentación de sus productos. “Dulzura es un snack que sabe bueno al paladar pero que también es nutritivo”, destaca Ríos.

A nivel nacional, Dulzura Borincana se encuentra en los estantes de las tiendas Marshalls, TJMax, Home Goods y Ross. En la Florida, también abrieron puertas en los almacenes Walmart, Publix, Winn-Dixie, las farmacias CVS, Navarro, así como en los principales supermercados del área de Nueva York, Nueva Jersey y Maryland.

Abasto le preguntó a Carmen Ríos cuál es el secreto del éxito de su empresa: “Yo diría que es como cuando tú tomas una olla y pones muchos ingredientes adentro, pues al final tienes una comida bien sabrosa. El éxito es una mezcla de muchos ingredientes, yo diría que tener un producto de calidad, mantenerse siempre innovando, estudiar, tener pasión y siempre poniendo la necesidad del consumidor primero, estos son los ingredientes que Carlos y yo hemos utilizado”.