Una demanda colectiva contra Walmart fue presentada ante una corte federal en Illinois por dos exempleadas que acusan a la cadena gigante de tiendas de dar mal trato a miles de sus trabajadoras embarazadas y de fallar en ofrecerles las comodidades necesarias debido a su condición.
Talisa Borders y Otisha Woolbright, están representadas por el National Women’s Law Center, A Better Balance y la firma de abogados con sede en Washington, Mehri & Skalet, que denunciaron que las mujeres fueron discriminadas cuando estaban embarazadas siendo empleadas de Walmart.
La demanda colectiva podría incluir al menos 20,000 mujeres y posiblemente hasta 50,000 que trabajaron en Walmart cuando estaban embarazadas.
En 2014, las dos ex empleadas que trabajaban en diferentes tiendas, presentaron una denuncia de discriminación ante la Comisión de Igualdad de Oportunidades en el Empleo y la agencia de derechos humanos del estado de Illinois.
De acuerdo con la denuncia, el gigante corporativo ignoró “descaradamente” las solicitudes de las trabajadoras embarazadas sobre los límites de levantar objetos pesados, subir escaleras y otras tareas potencialmente peligrosas que podrían causarles lesiones y abortos espontáneos.
Walmart se defiende
En una declaración publicada por la agencia de noticias Reuters, el portavoz de la compañía, Randy Hargrove, negó las denuncias de las mujeres y dijo que las políticas de embarazo de Walmart «siempre han cumplido o excedido la ley estatal y federal».
Borders trabajó para Walmart en el estado de Illinois desde julio de 2012 hasta abril de 2017. Según la demanda, cuando ella quedó embarazada, hizo un arreglo informal con sus compañeros de trabajo para evitar levantar objetos pesados y subir escaleras. Pero cuando uno de sus supervisores se enteró del arreglo, le pidió que tenía que llevarle una nota médica.
No obstante, la demanda alega que Borders fue obligada a tomar una licencia sin pago aunque aún le faltaban dos meses para dar a luz. A su regreso, Borders no fue empleada en su posición anterior y le bajaron sus pagos a $2 menos por hora.
Entre tanto, en la Florida, Woolbright denunció que tuvo una experiencia similar. A pesar de decirle a sus supervisores en el departamento de deli / panadería de Walmart que tenía un embarazo de alto riesgo y necesitaba evitar el levantamiento de objetos pesados y ofreció documentos para validar sus afirmaciones, le habrían negado su solicitud.
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Cuando Woolbright solicitó tiempo libre para el nacimiento de su bebé y la recuperación tras el parto, ella fue despedida, según alega la demanda.
Walmart cambió su política en 2014 para tratar el embarazo como una discapacidad. Pero los abogados de las ex empleadas afirman en la demanda colectiva que los cambios no fueron lo suficientemente lejos y que están planeando una demanda separada que sobre la nueva política establecida por la cadena de tiendas.
La demanda dice que Walmart trató a sus «empleadas embarazadas como ciudadanos de segunda clase» cuando sus políticas y prácticas violaron las protecciones prometidas a las mujeres embarazadas bajo el Título VII de la Ley de Derechos Civiles de 1964.
Borders, Woolbright y el colectivo de personas que son representadas en esta demanda, están buscando daños «por lesiones físicas y mentales sufridas como resultado de la conducta ilegal de Walmart, incluyendo compensación por pérdida de ingresos y beneficios, angustia mental, angustia emocional y humillación».