Nueva normalidad son dos palabras a las que ya estamos habituados a escucharlas, pero todavía no hemos logrado adaptarnos plenamente a ellas. Estas dos palabras nos cuentan que nuestro mundo será definitivamente distinto al que conocíamos antes del Covid-19. Se inicia una nueva era y todo cambiará por difícil que nos parezca.
Recorrer los supermercados con el carrito degustando los productos de la barra de ensaladas, sopas, muestras gratuitas… así como tocar los productos de la sección de frutas y vegetales, todo eso ya pasó a la historia “pre-Covid” y solamente nos quedará en los recuerdos.
La nueva normalidad
El cambio que va a generar la nueva normalidad será rápido y radical.
Cambiará en unos meses a toda la humanidad y tanto los supermercados como la alimentación en general no serán una excepción. Realmente nuestros hábitos de consumo no cambiarán tan drásticamente mientras estén las restricciones actuales (se estima que tendremos una vacuna para el próximo año), aunque gran parte de estas restricciones quedarán para siempre.
A nuestros clientes siempre les ha encantado visitar nuestras tiendas para realizar sus compras y además para ver y encontrarse con sus amistades, interactuar con nuestros asociados, pasar largos ratos en nuestras cafeterías… todo eso ha terminado también y por consiguiente, afectará el diseño de los supermercados.
La nueva normalidad también llega para los profesionales que trabajamos directamente en los supermercados, porque deberemos asumir como verdad que nada será igual.
Entendiendo los cambios
Los profesionales del Retail debemos entender que las secuelas de este distanciamiento social de meses tendrán un impacto como para cambiar la historia de la humanidad a una velocidad jamás antes vista.
Las pantallas de plástico frente a las cajas registradoras, saneamiento en las entradas, cinturones antimicrobianos, estaciones de desinfección de manos, todo esto ha venido para quedarse.
Y como pueden imaginarse, hay un gran negocio trabajando en torno a esa nueva normalidad: siempre encontraremos una moderna y actualizada tecnología a un buen precio.
En los anaqueles de las tiendas veremos muchos más productos preenvasados para no tener acceso a tocarlos directamente, cientos de tiendas se verán obligadas a ensanchar sus pasillos para la distancia de seguridad entre clientes, también se estarán ampliando los medios de pago sin contacto.
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En cuanto a nuestras relaciones con los proveedores, las negociaciones y el seguimiento a las métricas de nuestros supermercados, podemos afirmar que nos quedaremos con la nueva normalidad.
Mantendremos las reuniones y sesiones completamente online a través de las tecnologías de comunicación que han llegado para quedarse y evolucionar cada vez más.
Algunas cadenas han invertido en los denominados “tiendas oscuras”, que son locales físicos donde los clientes únicamente llegan con sus vehículos para recoger sus compras realizadas online y se trata de profundizar en el mercado de proximidad, sin invertir como lo harían en una tienda física normal, mucha atención a este concepto porque tiene un gran crecimiento.
En esta nueva normalidad muchos de los denominados expertos en Retail argumentan que se cerrarán cientos de tiendas físicas a lo largo de nuestra nación y que solamente quien esté migrando al canal online tendrá opción de un futuro.
Quiero decirles que yo sigo poniendo en duda esas afirmaciones. La cuestión no está en cerrar el espacio físico y pasar a digital, sino en mantener el equilibrio entre ambos y fortalecer la seguridad total en las tiendas físicas para ganarnos una fidelización de nuestros clientes.
Es imposible imaginar una ciudad sin tiendas, restaurantes, librerías, sin hoteles, cines, bares. No es posible, aunque los expertos de la nueva normalidad lo aseguren.