Frío y calor: dos métodos para fabricar snacks saludables

En los últimos años, las frutas y verduras deshidratadas se han convertido en una alternativa de snacks saludables.

Son una tendencia de consumo cada vez más frecuente por las nuevas generaciones que buscan productos prácticos, naturales, cero azúcar y bajos en calorías.

Estos snacks saludables deshidratados ya están disponibles en las grandes cadenas, supermercados, tiendas saludables y en muchos de los canales de compra digital.

Para su fabricación, los expertos en ingeniería de alimentos emplean dos métodos de secado para convertirlos en una deliciosa y sana alternativa vegana que puede reemplazar a la comida “frita de paquete” o a los endulzados caramelos o gomitas.

Los snacks saludables deshidratados también se constituyen en una opción más placentera para quienes están a dieta por condiciones de sobrepeso.

Ayudan a mejorar su estado de salud, ya que se les recomienda consumir más porciones de fruta y verdura fresca.

Los dos métodos para producir snacks saludables deshidratados

Los dos métodos principales para la elaboración y conservación de estos snacks saludables son: La liofilización y la deshidratación.

El método de liofilización basa su esencia en la aplicación de frío y tiene sus orígenes en el Imperio Inca, en el altiplano andino a 4,000 metros sobre el nivel del mar.

Consiste en extraer por completo la humedad de un alimento al congelarlo a temperaturas inferiores a 50 grados bajo cero, bajando la presión y posterior a ello, suministrando calor, consiguiendo la sublimación del agua (paso de hielo a vapor).

Así, se consigue la extracción de más del 95% del agua, secando el alimento casi en su totalidad, en el que se conserva su apariencia y sabor, dando como resultado snacks saludables con textura ligera y crujiente.

Bajo este proceso se preservan las características nutritivas y organolépticas de las frutas o vegetales, siendo un excelente método de conservación y extensión de su vida, ya que evita la generación de microorganismos por la ausencia de agua.

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Entre los alimentos que pueden ser objeto de la liofilización se encuentran frutas como la fresa, el banano, la mora, la piña, la frambuesa y la manzana.

En vegetales se encuentran, el espárrago, el maíz choclo, la zanahoria, el brócoli, la coliflor, el apio, la papa, los champiñones, la aceituna, la espinaca y la cebolla, entre otros.

Por su parte, el método de deshidratación consiste en la aplicación de calor durante una duración determinada.

Mediante aire caliente – en hornos o deshidratadores eléctricos con ventiladores – a temperaturas de hasta 60 grados, se extrae el agua para crear los snacks saludables deshidratados.

Los sabores se intensifican a través de este método, el cual se constituye en el sistema de conservación que mejor mantiene las propiedades nutricionales de los alimentos.

Snacks saludables deshidratados para toda ocasión

Entre las frutas y vegetales que se pueden someter a procesos de deshidratación por calor se encuentran, el mango, la piña, la uchuva (Golden Berry), la manzana, el melocotón, el banano, la fresa, el coco y las peras.

También la zanahoria, la berenjena, los champiñones y la calabaza se pueden convertir en snacks saludables deshidratados crujientes y originales.

Aunque estos dos métodos de deshidratación de alimentos son, en su esencia, de origen ancestral, la ciencia moderna de los alimentos ha facilitado que su industrialización ponga al alcance de los consumidores snacks saludables deshidratados y nutritivos, que en el pasado eran impensables.

Esta alternativa de comida rápida – de sabor dulce o salado – nos ofrece snacks saludables deshidratados de fácil y larga conservación, rápidos de consumir que no requieren preparación.

Son un producto ideal para la lonchera de los niños, para llevar a la universidad o la oficina.

Las frutas y vegetales como snacks saludables deshidratados, libres de azúcar añadida y preservativos, son ideales para una dieta balanceada, rica en fibra y vitaminas.

Vale la pena tenerlos en cuenta a la hora de hacer la compra, ya sea en las tiendas tradicionales o de comercio electrónico.