Altos precios de los alimentos: ¿Inflación o especulación?

Los elevados precios de los alimentos están tensando los presupuestos familiares y alimentando la frustración. Los consumidores culpan a diversos actores, mientras los políticos debaten soluciones para este acuciante problema económico.

Algunos acusan a los supermercados de aprovecharse de los precios de los alimentos para aumentar sus beneficios. Los minoristas se defienden señalando los escasos márgenes y atribuyendo las subidas a la inflación.

Una ley federal contra la especulación en los precios de los alimentos

Como respuesta a las quejas de los consumidores, la vicepresidenta Kamala Harris propuso durante su campaña presidencial crear una ley federal para prohibir la especulación con los precios de los alimentos. Se comprometió a perseguir a los “malos actores” que afectan al mercado de comestibles.

En su momento, Harris subrayó la necesidad de fijar precios justos, haciendo hincapié en que la mayoría de las empresas siguen las normas, pero las prácticas poco éticas perjudican a los consumidores.

Por su parte, los expertos creen que son los problemas sistémicos, y no la especulación generalizada, los que hacen subir los precios de los alimentos.

Entre los factores se encuentran las interrupciones de la cadena de suministro y las presiones inflacionistas.

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La pandemia de COVID-19 afectó gravemente a la cadena de suministro, disparando los costos de los insumos y del transporte. Estos efectos perduraron, empujando los precios de los alimentos al alza de forma significativa.

Así lo reflejaron en su momento los datos del Índice de Precios del Consumidor de la Oficina de Estadísticas Laborales, correspondientes a los alimentos en el hogar:

Aun que la emergencia sanitaria por la pandemia llegó a su fin, fue precedida por la inflación que impactó los precios de los alimentos de forma significativa.

La frustración de los consumidores no se hizo esperar.

Respuesta de los consumidores a los altos precios de los alimentos

La encuesta anual, 2024 CPG + Grocery Consumer Report, realizada por R.R. Donnelley & Sons Company (RRD), reveló que un gran número de consumidores están molestos por los precios elevados de los alimentos.

Como respuesta, están renunciando a la lealtad a sus marcas preferidas y a sus supermercados favoritos, para buscar mejores ofertas en los precios de los alimentos.

Entre tanto, los expertos de la industria indican que los supermercados siguen trabajando con muy bajos márgenes de ganancias, teniendo que manejar sus precios al ritmo de la inflación, no de la especulación.

Transferencia de costos, no especulación en el precio de los alimentos

Por su parte, el doctor Jason Miller, presidente interino y catedrático de la Gestión de la Cadena de Suministro de la Escuela de Negocios Eli Broad de la Universidad Estatal De Michigan, realizó un análisis para Abasto que indica que los supermercados no especulan con los precios de los alimentos para aumentar sus ganancias.

Según el doctor Miller, es común que haya una transferencia de costos de artículos hacia el comprador, que es muy diferente a especular con los precios.

“El gráfico a continuación muestra el cambio en los precios de los insumos para las tiendas de alimentos y bebidas, excluyendo la mano de obra y el capital, según los datos de los Índices de Precios al Productor Satelitales para insumos de industrias de la Oficina de Estadísticas Laborales (https://www.bls.gov/ppi/input-indexes/), en comparación con el Deflactor Implícito de Precios para Tiendas de Alimentos y Bebidas de la Oficina de Análisis Económico”, explicó el doctor Miller.

El análisis de Miller muestra una correlación casi perfecta entre los precios de los insumos y los de la producción, lo que confirma la repercusión de los costos en lugar de la manipulación de los precios.

“Ahora bien, lo que se vuelve más complejo desde la perspectiva del consumidor es que los minoristas no transfieren los aumentos de costos a los consumidores de manera 1:1. Por ejemplo, usando una tasa de margen bruto del 27% para una tienda de comestibles, si tengo un artículo que cuesta $10, lo venderé por aproximadamente $13.70, porque ($13.70 – $10) / $13.70 = 0.27. Ahora imagina que mis costos han aumentado un 25%, hasta $12.50. Para mantener la misma tasa de margen bruto, ahora necesito cobrar $17.12. Por lo tanto, aumenté mi precio en $4.62, no en $2.50”, dijo el doctor Miller.

Los líderes del sector defienden las prácticas

Greg Ferrara, CEO de la NGA

Greg Ferrara, presidente de la National Grocers Association, instó a los responsables políticos a abordar las normativas, las ineficiencias de la cadena de suministro y a hacer cumplir las leyes de competencia para frenar los precios de los alimentos.

“Si Washington se toma en serio la idea de ayudar a bajar los precios para los consumidores, puede ayudar de tres formas importantes: reduciendo las altísimas tasas de traspaso, frenando las regulaciones excesivas y onerosas, y haciendo cumplir las leyes antimonopolio como la Ley Robinson-Patman que mejoran la competencia de precios entre los minoristas, independientemente de su tamaño o ubicación”, dijo Ferrara.

Leslie Sarasin, CEO de la FMI.

Leslie Sarasin, de la FMI-Asociación de la Industria de Alimentos, argumentó que abordar las causas de fondo, como los costes energéticos y las perturbaciones relacionadas con el clima, es clave para la estabilidad de los precios.

“En lugar de señalar con el dedo y proponer soluciones políticas poco prácticas que podrían crear más problemas de los que resuelven, tanto para los consumidores como para una industria alimentaria que ya opera con márgenes muy estrechos, la forma más eficaz de proporcionar alimentos asequibles a las familias estadounidenses es abordar los factores clave de la volatilidad de los precios de los alimentos”, declaró Sarasin.

La Asociación Nacional de Supermercados (NSA) hizo hincapié en la complejidad de las decisiones sobre precios, influidas por las variables de la cadena de suministro y los costes operativos.

“La industria alimentaria minorista opera en un entorno altamente competitivo en el que varios factores, entre ellos las variables de la cadena de suministro y el aumento de los costes operativos, influyen en las decisiones de fijación de precios. Las acusaciones de precios abusivos pasan por alto la complejidad de estos factores y los esfuerzos que hacemos para mitigar el impacto de los costes en los consumidores”, declaró un portavoz.

Julie Anna Potts, presidenta y CEO de The Meat Institute, señaló el impacto más amplio de la inflación en todos los sectores.

“Los consumidores se han visto afectados por el aumento de los precios debido a la inflación en todo, desde los servicios públicos hasta el alquiler o los coches, y no sólo en la tienda de comestibles. Una prohibición federal de los precios abusivos no aborda las causas reales de la inflación”, explicó Potts.

Cambiar el enfoque

Abordar los elevados precios de los alimentos requiere una comprensión más profunda de los retos económicos sistémicos.

Aunque persisten las acusaciones de especulación, los expertos y los líderes del sector subrayan que la inflación, las alteraciones de la cadena de suministro y el aumento de los costos operativos son los verdaderos motores.

Las soluciones claras pasan por reducir las cargas normativas, potenciar la competencia y estabilizar factores críticos como los precios de la energía. La colaboración entre los responsables políticos y las partes interesadas de la industria es vital para garantizar unos precios de los alimentos asequibles para las familias de todo el país.