Todos los días y en cada instante nos vemos bombardeados a través de los medios de comunicación, por diferentes productos y/o servicios que muchas veces más que una utilidad real, nos invitan a adquirirlos para demostrar un estilo de vida, un estatus social, o la tendencia a mostrarnos a la vanguardia. ¿Y para esto qué es lo que se requiere? Sencillamente dinero.
El dinero se ha convertido tanto en una necesidad como en un lujo, pero es finalmente una simple herramienta y según la manera en que se obtenga, el propósito con el cual se quiere tener y el uso que cada quien le otorgue, va a tener una connotación positiva o negativa, incluso, favorable o desfavorable.
Es igual que un bisturí, por ejemplo. Por sí solo no conlleva ningún riesgo, pero dependiendo de las manos que lo sostengan, la diferencia puede ser sustancial, ya que en las manos de un cirujano, puede ayudar a salvar muchas vidas, pero en manos de algún criminal, aumenta enormemente las probabilidades de ser usado para causar intencionalmente graves daños.
Incluso socialmente, el dinero va a ligado a un sin fin de adjetivos tanto positivos como negativos, dependiendo del contexto, o situaciones particulares.
Ejemplo, si una persona busca tener dinero (aún sin conocer los propósitos que va a darle) puede ser tildada de “ambiciosa”, relacionándola en un ambiente de codicia, avaricia y tal vez hasta egoísmo, pero por ejemplo si es una empresa que lanza un proyecto “ambicioso”, entonces es un proyecto arriesgado, retador y en la mayoría de veces benéfico.
Lo importante aquí es ver que el dinero no tiene por qué ser visto como algo negativo y querer tenerlo y lograr incluso libertad financiera no es algo malo, no tiene por qué generar vergüenza o culpa.
Sin embargo, sí queremos dejar muy en claro que, aunque es muy válido buscar alternativas para obtener ingresos, no estamos de acuerdo ni apoyamos las formas que atenten contra la legalidad, los valores y la integridad de las personas, ya que el fin no justifica los medios y es posible lograr nuestras metas sin engañar ni pasar por encima de otros seres humanos.
No se trata solamente de querer dinero para llenar tus bolsillos o tu cuenta bancaria, o tal vez, sentir que eres mejor o más importante, recuerda que el dinero solo potenciará las habilidades, cualidades y valores que tienes como ser humano.
Por esto, el primer paso es educarte financieramente, expandir tu mente, llenarla de conocimiento para que sepas como romper los archivos mentales que te limitan y tengas a la mano, la información útil para que sepas como administrar y multiplicar tus ingresos.
Te invitamos a arriesgarte, a salir del cascarón y dejar de temerle al dinero, recuerda que es un medio no un fin, así que trázate una meta retadora y busca el mejor uso que puedas darle, tanto para ti como para quienes te rodean.
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