En un mundo cada vez más consciente de la necesidad de proteger el medio ambiente, la industria de empaques de alimentos está experimentando una transformación significativa con los empaques ecológicos o biopackaging.
Elaborados a partir de materiales sostenibles como fibras naturales, frutas y vegetales, este tipo de empaques está ganando popularidad debido a su capacidad para reducir la huella ambiental, entre otros beneficios para el planeta.
Las tendencias actuales en empaques ecológicos destacan sus beneficios y la innovación detrás de estos productos que, para los fabricantes de alimentos se convierten en una oportunidad y un desafío, invitándolos a alinearse con una cadena productiva amigable que dé garantías de sostenibilidad.
TABLA DE CONTENIDOS
TENDENCIAS EN EMPAQUES ECOLÓGICOS
Los empaques ecológicos se definen como el tipo de embalaje cuyo propósito es reducir la cantidad de desechos contaminantes que se producen. Son elaborados con materiales biodegradables o pueden reutilizarse. Además de requerir menos consumo de agua y materias primas para su fabricación, reducen la huella de carbono por emplear menos materiales derivados del petróleo.
1. Materiales biodegradables y compostables
Estos empaques están diseñados para descomponerse naturalmente sin dejar residuos tóxicos que incluyen materiales como fibra de bambú, cascaras de frutas y pulpa de celulosa, todos ligeros y resistentes. Algunos, se pueden transformar en bioplásticos y provienen de plantas como el maíz o la caña de azúcar.
Entre algunos casos de éxito de este tipo de empaques, se resaltan los empaques de plátano, un proyecto innovador desarrollado en Ecuador, que utiliza fibras de plátano para crear empaques sostenibles. Otra muestra son los envases de pulpa de manzana, un desarrollo ejecutado en Alemania que, además de emplear la pulpa de fruta, también aprovecha los residuos de la industria de jugos, fomentando la reutilización de recursos.
2. Empaques comestibles
Estos empaques son elaborados con ingredientes naturales y son seguros para el consumo humano. Los empaques comestibles pueden estar hechos de algas marinas, proteínas de leche o almidón de papa, proporcionando una solución ingeniosa para reducir el desperdicio de empaques.
3. Tecnología de bioplásticos
Se fabrican a partir de recursos renovables como el almidón de maíz, aceite vegetal o residuos de caña de azúcar. Estos materiales no solo son biodegradables, sino que también tienen propiedades similares a los plásticos convencionales, en términos de durabilidad y versatilidad.
BENEFICIOS DE LOS EMPAQUES ECOLÓGICOS
Ignacio Parada, CEO de la empresa BioElements, empresa chilena que tiene como objetivo ser una alternativa ecológica al plástico convencional, dijo: “Sin intervención es posible que haya más plástico en nuestros océanos que peces para el año 2050. Por ello, la inclusión de los empaques ecológicos en el sector de alimentos es un diferenciador claro y se está convirtiendo en una ventaja competitiva para las empresas de triple impacto”.
ALGUNOS DE LOS BENEFICIOS INCLUYEN:
Reducción de la huella de carbono, indicador que impacta positivamente en el consumo de energía, la emisión de gases de efecto invernadero y la generación de residuos plásticos.
Promueve la economía circular, ya que los materiales al descomponerse se convierten en nutrientes para la tierra, además de evitar la acumulación de residuos que terminan dispuestos en los océanos.
‘Plus” para las marcas, ya que con ello los empresarios de alimentos expresan su compromiso con el medio ambiente, en un mercado en el que el consumidor valora cada vez más la implementación de prácticas sostenibles.
Parada destacó: “No sólo se trata de vender productos, sino de procesar, investigar y producir materiales que puedan estar en contacto con alimentos, que no tengan ningún efecto dañino sobre el producto. Es preciso que el empaque se deje de ver sólo como un medio para envolver cosas o como medio de transporte, hoy tiene que ser visto como un fin”.
SEIS OBSTÁCULOS QUE ENFRENTAN LOS FABRICANTES
A pesar de los numerosos beneficios de los empaques ecológicos, los fabricantes de alimentos enfrentan varias barreras para adoptarlos de manera masiva. Estas pueden ser técnicas, económicas, y relacionadas con la percepción del consumidor.
1. Altos costos de producción. Hay una tendencia de que los materiales ecológicos sean más caros que los plásticos convencionales, debido a que posiblemente sus fabricantes no tengan integradas economías de escala.
2. Para migrar a una producción de empaques ecológicos se requiere del alistamiento de una nueva infraestructura, que quizás requiera de ajustes a las líneas de empacado existentes, lo cual implicaría una inversión importante.
3. Algunos materiales biodegradables pueden contar con una vida útil menor, lo cual puede afectar el costo de insumos, el almacenamiento y la logística.
4. Algunos materiales biodegradables y compostables pueden presentar menor resistencia a manipulaciones y condiciones extremas, lo que plantea desafíos en la cadena de suministro.
5. La normatividad puede ser exigente a la hora de regular el biopackaging, lo que le exige al productor de alimentos obtener y demostrar algunas certificaciones, lo que puede resultar complejo y costoso.
6. Educar al consumidor para crear consciencia y cambiar su percepción sobre la calidad y durabilidad de los empaques es un asunto de tiempo, al igual que les podrá implicar asumir precios superiores a los de los empaques tradicionales, lo cual puede afectar la demanda y limitar la capacidad de las empresas para compensar los costos adicionales.
CÓMO SUPERAR LAS BARRERAS
• Introducir el biopackaging en la industria de alimentos implica que los fabricantes de empaques superen algunas barreras, lo cual impacta directamente en sus compradores.
Recomendaciones:
• Invertir en investigación y desarrollo ayudará a mejorar las propiedades de los empaques y reducir los costos de materiales.
• Fomentar la formalización de alianzas que unan a los proveedores de materiales ecológicos en aras de incrementar sus capacidades empresariales y la inyección de tecnologías.
• Aprovechar incentivos y subsidios de los gobiernos que fomentan la implementación de prácticas sostenibles.
• Estimular la educación del consumidor en pro de incrementar la demanda de consumo, fomentando su disposición a pagar por ellos.
La transición hacia empaques ecológicos en la industria alimentaria es una tendencia que no sólo beneficia al medio ambiente, sino que también aporta valor a las marcas y satisface la demanda de consumidores conscientes. Hoy, todavía se constituye en un desafío que requiere de la cooperación de todos los actores involucrados en la cadena de suministro, así como del compromiso firme con la sostenibilidad y la innovación.
Esta adopción no es sólo una elección sostenible, sino una necesidad urgente para contribuir a un mundo más limpio y saludable, en pro de la preservación de nuestro planeta para las futuras generaciones.