Las tendencias de consumo de bebidas refrescantes en los periodos más calurosos del año están marcadas por gran una variedad. Sin embargo, cuando hablamos de opciones saludables, el té se constituye en una opción atractiva para quienes desean reemplazar las bebidas procesadas azucaradas y balancear su dieta amigablemente.
Me considero fan de la bebida de té caliente o fría. Por ello, recomiendo echarle un vistazo a este noble producto proveniente de Oriente y resultado de la infusión de las hojas y brotes de la planta del té Camellia sinensis. En la actualidad, ha pasado de ser un simple artículo de alimentación.
Después del agua, es la segunda bebida de mayor consumo.
Es tradición beberlo como bebida caliente o fría. Esta última es una forma refrescante y divertida para hidratarnos en los días de verano.
Además, nos ayuda a mantener la línea.
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Crecimiento en el consumo
La producción mundial de té asciende a más de $18,000 millones anuales. Alrededor de 13 millones de personas trabajan en la producción de té a nivel global.
Se calcula que en los cuatro principales países productores (China, India, Kenya y Sri Lanka), unos nueve millones de cultivadores de té son pequeños productores.
Las cifras muestran que el consumo de té caliente en el mundo tiende a incrementarse. En 2022, se consumieron a nivel global algo más de 6,500 millones de kilogramos de esta bebida. Se prevé que para 2028 el consumo supere los 7,600 millones.
En Estados Unidos, el té helado representa aproximadamente el 85% de todo el té que se consume.
Los tés helados se hicieron famosos en 1904, durante la Exposición Mundial de Saint Louis, Missouri, Estados Unidos, fundada por Richard Blechynden, dueño de una plantación de hoja de té. Dadas las altas temperaturas, se dice que Blechynden ofrecía té caliente con un cubito de hielo para refrescarlo. De allí nace el popular “Iced Tea”.
Cualquier variedad de té puede ser empleada como té helado, lo cual dependerá del gusto del consumidor.
Se recomienda prepararlo en casa con cualquiera de las variedades puras o aromatizadas de hojas de té (negro, verde, blanco). O con mezclas de hierbas o especias como manzanilla, valeriana, canela o vainilla.
Lo ideal, es prepararlo en la noche y disfrutarse al día siguiente. Es un método más largo, pero es la forma en cómo se alcanza una mayor concentración y sabor.
Beneficios del té
Además de ser una bebida muy refrescante, el té helado nos ayuda a mantener el cuerpo hidratado, mejora el sistema inmunológico por su contenido de Vitamina C, desintoxica, depura y mejora los niveles de antioxidantes, previniendo el envejecimiento. Por su bajo contenido de cafeína, es ideal para niños, embarazadas o consumir en la noche.
Con certeza, la creciente oleada de sostener una vida y alimentación saludable, será el pulso que marque que este mercado siga ganando fuerza como sustituto de las bebidas carbonatadas y gaseosas, pues a pesar de su antigüedad, sigue considerándose un producto sofisticado y de calidad, que con seguridad continuará destacándose por una gran tendencia de consumo en los próximos años.