¡De nuestra familia para ustedes! Con este mensaje se presenta RCF Distributors en su sitio web, porque literalmente operan de esta manera. Son un negocio familiar que hace más de dos décadas se dedica a la distribución de frutas y vegetales de México a Estados Unidos, liderado por Malu Crespo, presidenta de la compañía, la mayor de cuatro hermanos y la única mujer.
El padre de Malu, el agricultor Roberto Crespo Fitch, inició el negocio hacia el año 1971, cuando fundó Empaques Don Jorge. Inicialmente cultivaban, empacaban y distribuían chiles, mangos y otros cítricos en el mercado mexicano. En 1996 expanden sus operaciones hacia Estados Unidos, abren una oficina en Nogales, Arizona como RCF Distributors y actualmente son el cuarto a nivel nacional en ventas de mangos.
En una entrevista con la Revista Abasto, Malu Crespo habló sobre los inicios del negocio y el camino que ella siguió para liderar la empresa familiar desde muy joven.
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Desde niña, Crespo ayudó a su padre en el negocio. “En su momento, a mí me tocó hacerle las cuentas a las señoras que andaban cortando, apuntar el nombre de las cortadoras, anotar los kilos del producto, me ponían en la báscula a revisar. Yo tenía diez, doce años”, dijo la presidenta de RCF Distributors.
Recuerda que su padre la quería poner a trabajar con él tiempo completo tan pronto se graduara de la preparatoria. Pero su madre, Maluz Durán Valdez, se opuso a la idea porque consideró prioritario la educación de sus hijos. Así que Malu Crespo se fue a estudiar al Tecnológico de Monterrey en el campus de Mazatlán, Sinaloa, muy cerca de su hogar en Rosario porque cada vez que tenía un tiempo libre se iba a darle una mano a su padre con los asuntos de la empresa.
Cuando Crespo se graduó de Administración de Empresas en el año 2001, se mudó a Nogales para tomar las riendas de la distribuidora a la edad de 23 años, ofreciéndole un gran apoyo a su padre, quien estaba luchando contra el cáncer. Infortunadamente, en febrero de 2007 don Roberto falleció por la enfermedad.
Crespo y sus hermanos continuaron con el negocio, que ya tenía oficinas en Nogales y McAllen, y desde entonces ha seguido creciendo al punto de manejar anualmente cerca de seis millones de cajas de mangos de nueve libras cada una, gracias a la calidad de las frutas que exportan, así como por la sólida relación de confianza y transparencia con sus clientes en las transacciones comerciales.
“Desde el campo, con mis hermanos estamos vigilando las huertas, vigilando a los cortadores de mango para que hagan un buen trabajo. Que lo empaquen bien para nosotros recibirlos en los cuartos fríos y puedan tener una buena maduración para que el consumidor pueda disfrutar del mango, después de tres semanas desde que lo cortaron del árbol”, comentó Crespo.
Uno de los últimos éxitos del negocio familiar, fue el lanzamiento de Crespo Organic, a pesar de que Malu, inicialmente, se opuso al proyecto de su hermano menor. “Yo no quería porque lo orgánico es otro mundo, pero ya nos hicimos distribuidores de mango orgánico con todos los certificados y ahorita Crespo Organic es una de las marcas más reconocidas a nivel de Estados Unidos en cuestión de mango y tenemos muy buenas ventas”, dijo Crespo.
Ahora el objetivo de Malu Crespo es que la marca de sus mangos y los otros productos agrícolas que cultivan y distribuye RCF Distributors entren directamente a las cadenas de supermercados, sin tener que utilizar intermediarios, para lograr mejor remuneración para los agricultores mexicanos que tanto se esfuerzan por cultivar frutas y vegetales de gran calidad que se exportan a Estados Unidos.