Eli Madrigal y su éxito con Rancho Markets

Recolectando los carritos de supermercado del área de estacionamiento de una pequeña tienda de comestibles en Ontario, California, llamada Little House Warehouse, Eli Madrigal comenzó, a sus 16 años de edad, a aprender lo que se hace en un supermercado.

En dos años y medio, trabajó vendiendo hot dogs a la entrada de la tienda, empacó las compras de los clientes, fue cajera, supervisora de cajeras, y a acomodar la mercancía en los anaqueles.

“Ahí empieza mi enamoramiento por los supermercados, la adrenalina que causan los supermercados”, dice Madrigal en una entrevista con la Revista Abasto.

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Con una determinación asombrosa y prácticamente de la nada, esta mexicana oriunda de Mexicali, Baja California, trabajó sin descanso para construir en poco más de una década una cadena de nueve supermercados hispanos en Salt Lake City, Utah.

Esa motivación, esa perseverancia, el trabajo sin descanso para lograr sus objetivos desde que era una adolescente nacen, según cuenta Eli Madrigal, “del hambre de tener”. Y nunca le ha faltado el ingenio para conseguir lo que desea.

Recuerda que cuando era niña, su padre no tenía dinero ni para comprarle un helado en la tienda, así que ella se ponía a recolectar las botellas vacías de cerveza y los domingos cuando pasaba el vendedor de helados le intercambiaba las botellas por un helado. “Ese fue mi primer trueque de niña”, dice Madrigal sobre su espíritu empresarial.

Al terminar la secundaria, Madrigal dice que regresó a vivir en la frontera, cerca de su familia. Vivía en Mexicali y trabajaba en Caléxico cuando se enamoró a los 19 años, se casó y a los 20 años tuvo a su hijo Christian. En busca de un mejor futuro con su nueva familia se mudó a Las Vegas, pero al poco tiempo se divorció, quedando sola con su hijo.

Debido a que en lo único que tenía experiencia era en los supermercados, Eli Madrigal buscó trabajo en una tienda de comestibles donde la suerte le comenzó a sonreír.

“Comienzo a trabajar como cajera en este supermercado y como a los dos o tres meses de estar allí, la persona que hacía las órdenes de abarrotes renunció. Entonces el dueño de la tienda nos reúne y nos pregunta si alguno de nosotros sabemos usar la máquina para hacer las órdenes, entonces levanto la mano y le digo, yo sé usarla”.

De ser cajera, Madrigal ascendió a ser la asistente en el Departamento de Abarrotes haciendo órdenes. Al finalizar ese primer año de trabajo, en 1995, ya estaba dirigiendo el supermercado donde por los siguientes diez años conoció a fondo todo lo que se necesita saber para administrar con eficiencia una tienda de comestibles.

La ambición de tener algo propio porque deseaba seguir creciendo finalmente empujó a Eli Madrigal a dar un salto de fe. Su plan era mudarse a Arizona o Texas para abrir su propio supermercado, pero un amigo le aconsejó que se fuera a Salt Lake City, donde había una creciente población hispana y pocos supermercados que sirvieran a esta comunidad.

Madrigal reconoció el potencial de abrir un negocio hispano en esa ciudad, así que, en 2006, con el apoyo de dos conocidos que le prestaron $170,000 y le sirvieron de cosignatarios para rentar el local, abrió su primer supermercado Rancho Markets en un espacio de 4,300 pies cuadrados.

“Desde el primer día lo nombré Rancho Markets porque para mí los días más felices que recuerdo era cuando me decían vamos al rancho con el abuelo Luis. Yo abrí en junio 20 de 2006, me tomó seis meses hacer mi sueño realidad”, cuenta Madrigal.

El primer fin de semana que abrió Rancho Markets tuvo una ganancia de $8,000 con lo que Madrigal pudo pagar la nómina de $6,000. La ahora empresaria entendió que si quería hacer algo de dinero iba a tener que abrir otro supermercado, porque para ella seguía siendo muy fuerte el “hambre de tener”.

El objetivo de Eli Madrigal era tener una cadena de supermercados exitosa, y con la asistencia de una organización local preparó su estudio financiero para buscar un préstamo bancario.

«Siendo mujer, inmigrante y emprendedora, me dieron un préstamo para pequeños negocios», dijo la empresaria hispana, así que a los pocos meses pudo abrir su segunda tienda, esta vez de 8,000 pies cuadrados, dedicando una buena parte del espacio al área de frutas y verduras.

Para diciembre de 2007 Madrigal estaba operando tres supermercados Rancho Markets en Salt lake City, y en 2009 otros dos se sumaron a la cadena de tiendas. Hasta ese momento Madrigal dedicaba todo su tiempo, siete días de la semana, hasta 16 horas diarias, al trabajo. Cuando se casa con Roberto Paredes en 2010, encuentra el socio ideal que la apoya en sus planes de crecimiento del negocio.

«Logramos tener 11 supermercados pero cerramos dos porque los locales eran rentados y no eran tan productivos. Lo que hicimos fue construir supermercados más grandes, con su propia planta de tortillas», explica Madrigal.

Su espíritu empresarial no se limitó a su cadena de supermercados. Debido a la dificultad que tenía para encontrar un proveedor de helados, en 2019 Madrigal decidió producir sus propios helados para surtir sus tiendas. El negocio resultó tan bueno, que en 2020 construyeron un edificio para instalar la fábrica de helados Rancho Markets La Michoacana.

En sólo 15 años Eli Madrigal logró su sueño de tener una cadena de nueve supermercados, una fábrica de helados y da trabajo a 500 personas.