Las grandes cadenas de supermercados ofrecen cada día más productos locales apoyando de esta manera a la economía regional con productos más frescos y, sobre todo, que ayudan a crear un ecosistema regional donde todos los jugadores tienen un papel más relevante.
Esto se puede ver claramente en cadenas de todo el país que tienen islas completas de alimentos y otros artículos destacando que son producidos en el área. Esta tendencia ha dado como resultado un crecimiento exponencial de productos locales como la miel, frutas y verduras de pequeños productores y el desarrollo de granjas orgánicas.
Con este crecimiento y apoyo de los supermercados se evita el incremento de precios por intermediarios, en donde los productores tienen acceso directo a los compradores y gerentes de las tiendas, reduciendo tiempos, ofreciendo más frescura y menos desperdicio.
A este esfuerzo de integración de comercios locales también se han unido cadenas de restaurantes de comida rápida, donde tienen como primera opción de compra productos locales antes que buscar fuera del estado.
Un ejemplo importante y tangible se ve en la Florida, donde las granjas de verduras cuentan con contratos directos y condiciones de pago mucho más flexibles, dando como resultado que la económica local del centro del estado crezca y dé mayores oportunidades de empleo, no sólo a trabajadores agrícolas, si no a toda la cadena integrada donde están almacenistas, empacadores, etc.
También los restaurantes de alta gama se han subido a este tren, ofreciendo en sus menús, platillos donde integran los productos locales, impulsando el consumo de alimentos de temporada con nuevas creaciones.
Y desde luego, la tecnología no se queda atrás. Hoy existen diversas aplicaciones que conectan a los consumidores de las grandes ciudades con las granjas locales donde pueden adquirir productos regionales hasta su hogar con la comodidad de presionar un botón.
Esto lo vemos incluso en los famosos Farmers Markets, donde los productores al momento de hacer su venta capturan la información de sus nuevos clientes y los mantienen en constante contacto ofreciendo lo nuevo a precios accesibles.
Concluyendo, el consumidor se ha orientado a comprar productos locales versus global, ya que sabe que su beneficio es en diferentes verticales, porque recibe una mejor calidad del producto a un precio más accesible y es consciente que apoya a las pequeñas comunidades a su desarrollo con crecimientos sostenibles.