La inflación en Estados Unidos sigue siendo un tema de preocupación para la mayoría de sus habitantes, quienes no experimentaban una presión tan alta desde hace décadas.
Muchos han tenido que limitar sus antojos y comprar solamente lo necesario para poder llevar los alimentos a su mesa.
Para algunos economistas, esto se debe a una situación transitoria impulsada por problemas en la cadena de suministros.
Hay quienes defienden la hipótesis de que no tiene nada que ver con el exceso de demanda, la política monetaria ni los programas de estímulos.
Otros, le echan la culpa a la pandemia del coronavirus, la guerra comercial con China y el actual conflicto armado entre Rusia y Ucrania.
Cierto o no, los estadounidenses no la están pasando bien. Se ha encarecido la comida, la vivienda, los automóviles, así como la energía y otros servicios básicos.
Pero tampoco se rinden, por lo que cada día buscan diferentes formas de afrontar este problema.
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Propuestas sobre la inflación en Estados Unidos
Desde que se disparó la inflación en Estados Unidos, a mediados de 2021, los analistas económicos no han dejado de plantear posibles salidas a la crisis.
Las propuestas incluyen medidas para impulsar la oferta y la disponibilidad de bienes y productos de consumo masivo.
Entre ellas, restaurar la productividad en todo el país y abordar el problema de las interrupciones en las cadenas de suministro.
También plantean reducir los aranceles y aplicar leyes antimonopolio para dividir las grandes corporaciones que obtienen mayores ganancias.
De igual forma, han sugerido relajar las medidas restrictivas impuestas al país asiático. Esto, con la finalidad de reducir la presión sobre los precios de bienes comercializados.
Sin embargo, la Casa Blanca se ha mostrado reacia a darle concesiones a China.
Mientras tanto, persiste el impacto de los altos costos en la población.
¿Cómo lidiar con la tendencia inflacionaria?
Según el informe de Índice de Precios al Consumidor, la inflación en Estados Unidos se mantiene estancada en 6,4% interanual. Eso significa que sigue siendo elevada.
¿Qué pueden hacer los consumidores para sentir alivio? Estas son las recomendaciones de los expertos en la materia:
1. Comprar lo indispensable
A veces se llena el carrito de artículos innecesarios. Planificar las comidas antes de ir a comprar evita caer en la tentación de llevarlos por simple placer.
En situaciones económicas difíciles es imprescindible reducir gastos. Una forma es usar los ingredientes básicos para la preparación de los platos.
Revisar las ofertas en los pasillos de los supermercados, adquirir productos a granel y verificar los precios por onza, son otras maneras de ahorrar.
También es posible rebajar la factura pagando con tarjetas que ofrecen recompensas por gastos o bonos de bienvenida.
2. Invertir los ahorros
Puesto que es difícil predecir el futuro, lo mejor es invertir y optimizar los ahorros o cualquier dinero extra que se reciba.
Las cuentas y bonos de alto rendimiento son una buena opción para asegurar las finanzas personales y familiares.
Por lo general, las de largo plazo ofrecen tasas de interés más altas que las tradicionales, por lo que generan mayores ganancias.
La ventaja de los bonos emitidos por el gobierno federal radican en que son de bajo riesgo. Incluso, pueden reinvertirse a tasas superiores, una vez que se vencen.
3. Revisar los gastos
Tener una idea clara de en qué se gasta el dinero, permite controlar mejor los gastos y guardar un fondo de reserva para imprevistos.
Por eso, es importante revisar los estados de cuenta de las tarjetas de crédito y débito, para saber cómo se está administrando.
Allí aparecen reflejados por categoría, lo cual es bueno para separar las cosas necesarias de las que se pueden prescindir.
De ese modo, es posible hacer recortes de gastos habituales que realmente no se justifican y se hacen por costumbre.
4. Cambiar los hábitos de vida
Lucha contra la inflación en Estados Unidos implica tomar decisiones difíciles, como cambios en el estilo de vida para economizar más.
Por ejemplo, dejar de viajar en vacaciones, olvidarse del auto nuevo y continuar usando el viejo, así como reducir la frecuencia de visitas a restaurantes.
Cocinar en casa resulta más barato que comer fuera, ya que estos establecimientos cargan los aumentos de precios a los clientes.
Muchas familias están haciendo estas modificaciones para no verse afectadas a final de mes. La diferencia en los gastos es notable.
5. Diversificar las estrategias
Evitar depender de una sola táctica es la mejor manera de proteger las inversiones. Por lo tanto, es conveniente colocar el dinero en diferentes medios bursátiles.
De esa manera, en caso de que el mercado de valores sufra una caída, no habrá que preocuparse tanto. La inversión estará distribuida y el riesgo de pérdidas será menor.
Por ejemplo, se podría invertir en cartera de acciones, bienes raíces, fondos indexados, oro, productos básicos o materias primas, entre otras cosas.
Otra opción de cobertura financiera son las criptomonedas que se valorizan a futuro. Sin embargo, no es para todos.
6. Pagar los pasivos
Por lo regular, cuando la Reserva Federal o el Banco Central de EE.UU aumenta las tasas de interés, todas suben, incluyendo las hipotecarias.
Igual ocurre con las tarjetas, créditos al consumo o personales. Por lo tanto, hay que tener mucho cuidado para no retrasarse con los pagos.
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