7 Recetas deliciosas de salsas mexicanas que debes probar 

Las recetas de salsas mexicanas son preparaciones muy valiosas de la gastronomía de México. Es difícil encontrar un plato que no las tenga como acompañante.

Hablar de ellas, implica remontarse a la época prehispánica y de la conquista americana, cuya fusión de culturas dio origen a esa mezcla de sabores.

Sus ingredientes primordiales son el chile y el maíz, que al comerlos producen una rica sensación en el paladar. 

Pero esos no son los únicos elementos que se utilizan en su elaboración. Existen muchas otras combinaciones que le dan un excelente gusto a las comidas.

Recetas de salsas mexicanas populares

Sin exagerar, hay más de un centenar de recetas de salsas mexicanas. Son una delicia tanto para nativos como extranjeros.

Desde las muy picantes, hechas con frutos secos o frescos, asados, cocidos, fritos, molidos y picados, hasta las menos picositas o suaves.

También están las ácidas y con un ligero toque dulce, para quienes prefieren ese contraste de sabor. 

Entre las más comunes y sabrosas se encuentran la roja, valentina, morita, verde, de jitomate, jalisco, de chamoy, y borracha.

Otras infaltables en la mesa son la pico de gallo, guacamole, tamulada o de chile habanero, chipotle, endiablada, guajillo y macha.

Cada una tiene distintas texturas, colores y sabores y se preparan de forma diferente. Ya sean crudas, cocidas o mixtas. 

Se consiguen en todos los supermercados, pero la mayoría de los mexicanos acostumbra hacerlas en casa. 

Estas son las más populares, incluso fuera de México.

Salsa roja

Es una de las típicas recetas de salsas mexicanas que se prepara en un molcajete, para darle un sabor especial.

Se trata de mortero de piedra volcánica o de barro, donde se trituran manualmente los alimentos, a fin de que absorban esos minerales.

Este aderezo se prepara con cuatro jitomates, tres chiles serranos, un trozo de cebolla, dos dientes de ajo, chile de árbol y unas ramitas de cilantro.

Los ingredientes se asan y se pasan luego por el molcajete o la licuadora. Es ideal para acompañar las botanas, tacos y quesadillas.

Salsa Valentina

Originaria de la localidad de Tamazula, Jalisco, es un clásico de la comida mexicana y una de las salsas más picantes. 

Se prepara con chiles jalapeños o serranos rojos, y guajillos, además de dos dientes de ajos. Se cortan en trocitos y se colocan en un bol con una cucharadita de sal.

Después se agrega una taza de vinagre blanco y se cubre con un plástico, para dejar macerar por cuatro días en un lugar fresco.

Al cabo de ese tiempo, se licúa con un poco de pimienta y listo. Queda con una consistencia ligeramente espesa.

Salsa de Pico de Gallo

Conocida también como salsa bandera, porque posee los colores del emblema mexicano, es una especie de ensalada con un toque picante y refrescante a la vez.

Sus ingredientes básicos son el chile jalapeño o serrano, el tomate rojo, la cebolla dulce o morada, el cilantro picado y el zumo de limón. 

Los vegetales se cortan en cubitos pequeños y se pasan a un tazón. Luego, se añade una pizca de sal, el zumo de medio limón y se mezcla bien.

Sin lugar a dudas, es el acompañamiento perfecto para las tortillas, carnes asadas, aves y pescados.

Salsa de Guacamole

Esta es otra de las recetas de salsas mexicanas que se ha hecho famosa en todo el mundo, por su exquisito sabor.

Está hecha a base de aguacate, chile o pimiento verde, cebollín, tomate, lima y cilantro. Es muy rica y fácil de hacer para disfrutar en cualquier ocasión.

Solo hay que cortar todos los ingredientes en trozos pequeños, revolver y sazonar con un poco de sal y jugo de lima para potenciar el sabor.

El aguacate se tritura para obtener una consistencia cremosa, pero no completamente. Se le puede colocar un poco de aceite para evitar que se oxide rápido.

Salsa macha

Se denomina así, debido a que se elabora con ingredientes machacados o triturados en un molcajete. Es tan versátil que resalta el sabor de cualquier comida.

Por ejemplo, el pozole, los tacos, mariscos, carne asada, quesadillas, botanas y el chamorro mexicano o pierna de cerdo.

Básicamente, se hace con chile de árbol seco, aceite vegetal, ajo y sal al gusto. Se les quita el tallo y se cortan con una tijera.

Posteriormente, se fríen y dejan reposar unos minutos para proceder a triturarlos junto con el ajo y la sal. La mezcla se guarda en un frasco de vidrio con el aceite sobrante.

Salsa ranchera

Sirve para condimentar muchas comidas como los tradicionales huevos rancheros, sopas, enchiladas, chilaquiles y tostadas. Les da un toque ahumado y picante.

Para elaborarla, se necesitan dos chiles serranos verdes, ½ kilo de tomates maduros, ¼ de kilo de cebolla, dos dientes de ajo y sal al gusto.

Se asan en una plancha a fuego medio, cuidando que no se quemen, para extraer todos los aromas de esos alimentos.

Después, se licúan y cocinan en el mismo aceite que se usó para asarlos, y condimentan con sal y pimienta.  El resultado es delicioso.

Salsa tamulada de chile habanero

Es una receta típica de la cocina de Yucatán. Sirve para acompañar diferentes platos, pero en pequeñas dosis, ya que es ácida y picante. 

Su preparación es muy sencilla. Consiste en asar dos chiles habaneros, trocearlos y triturarlos con todo y semilla en un tamul.

Se incorpora una cucharadita de sal, ½ taza de jugo de naranja o de limón y se coloca en una salsera. 

Estas recetas de salsas mexicanas son increíblemente deliciosas y versátiles. Los nativos las comen a cualquier hora del día.

Generalmente, las emplean para mojar nachos y como complementos de otras comidas tradicionales de la región. 

Al igual que el resto de la gastronomía nacional, forman parte del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, según la Unesco.

Además, no requieren de muchos ingredientes, por lo que hacerlas resulta económico. Hay bastantes opciones para llevar a la mesa y complacer gustos.