Gracias al ingenio y visión de un empresario mexicano, la producción y el consumo de las tortillas de trigo y maíz se ha incrementado notablemente durante las últimas décadas.
Desde hace 40 años, el señor Manuel Villagómez, fundador y director general de Grupo Villamex, se dio a la tarea de diseñar un sistema de producción eficiente de tortillas de trigo y de mejorar la calidad de las que se producían en aquel entonces. Gracias a estudios e investigaciones, creó una máquina con sistema de precocido que permitió producir las tortillas, como hoy las conocemos.
“El trigo se domesticó hace desde hace 9000 mil años. A México llegó en 1530 y se empezó a cultivar en el norte, porque los españoles vieron que las tierras de Sonora eran las más indicadas. Entonces, se empezó a hacer una tortilla que se llamó ‘zaruki”, una palabra despectiva del idioma maya porque la harina que estaban sacando era muy gruesa”, recordó Villagomez. “Hace 40 años, logramos producir sacar la máquina para hacer la tortilla de harina de trigo, a tiempo que pusimos una escuela para enseñarle a las personas a hacer las tortillas de harina de trigo, agregó Don Manuel.
Gracias a esta escuela y a la innovadora invención, comenzó un nuevo camino que permitió que nacieran dos nuevas ramas industriales en México. Por una parte, la de la tortilla de harina de trigo, que agrupa a unas 5.000 micro-industrias y, por otra parte, la de tostadas y botanas, que supera 10,000 micro-indrustrias. “Cuando comenzaron este proyecto, hace 40 años, no existían sino unos 100 talleres manuales”, recordó Villagómez.
Este sistema representó un gran avance para la industria en México y en todo el mundo, ya que las máquinas Villamex están presentes en 86 países, y la compañía espera que dentro de 20 años se estén fabricando 500 millones de tortillas de harina de trigo con el sistema de precocido, en todo el mundo.
En la actualidad, Villamex cuenta con 26 patentes —incluyendo dos en la India— y tiene una producción anual de unas 500 máquinas entre la amplia gama de modelos que fabrica.
Pero uno de los aspectos más importantes, según su fundador, es la labor que realizan con gran esmero de enseñarles a sus clientes todo lo necesario para que puedan recuperar su inversión y hacer tortillas de la mejor calidad.
Así, mismo, destacó la confianza que genera la marca en los clientes, pues las máquinas tienen una garantía única, que sólo Villamex puede ofrecer. “Todas las máquinas tienen una vida útil garantizada de 30 años”.
“La mística de Villamex es y será que en cualquier lugar en donde se fabrique tortilla de trigo o de maíz sea de la más alta calidad para que el consumidor disfrute del aroma y sabor natural del maíz, tal como lo hemos consumido en México, durante los últimos 5,000 años”, finalizó Villagómez.
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