Los cambios que el mundo está experimentando por el avance de las tecnologías inteligentes nos han situado en la “Cuarta Revolución Industrial”. Este movimiento, que comenzó en el siglo 21, se distingue por la combinación de las innovaciones digitales que están transformando la forma en que trabajamos y vivimos.
El término revolución proviene del vocablo latino “revolutio”, empleado durante la edad media para referirse al movimiento circular de los astros.
Con el tiempo, la palabra comenzó a adquirir un significado más amplio y dinámico debido a trasformaciones en diversos aspectos de la vida humana, incluyendo la política, la ciencia y la industria: “Revolución Inglesa” (1642-1688), “Revolución de las Trece Colonias” (1775-1783), “Revolución Francesa” (1789-1799).
La Primera Revolución Industrial
Apareció en la segunda mitad del siglo 18 (1760) en el Reino de Gran Bretaña y se extendió a Europa occidental y América.
Se caracterizó por el uso de la máquina de vapor con nuevas fuentes energéticas como el carbón.
Debido a éste y otros progresos se pasó de una economía asentada en la agricultura a una basada en la industria.
Concluyó en 1840.
La Segunda Revolución Industrial
Comenzó en 1870 y se prolongó hasta 1914. Fue una época de innovaciones económicas y técnicas que transformó la vida cotidiana con nuevas fuentes de energía como la electricidad y nuevos medios de comunicación y transporte, hechos que favorecieron la expansión del capitalismo en el mundo.
La Tercera Revolución Industrial
Surgió a mediados del siglo 20, seguida de descubrimientos tecnológicos y científicos entre los años 1970 y 1980. Esta revolución liderada por Estados Unidos es conocida también como “Sociedad de la Información”.
La etapa se caracterizó por la introducción de las tecnologías digitales, las redes sociales y la globalización, cambios recientes que aún estamos experimentando.
La Cuarta Revolución Industrial
La aparición de la Industria 4.0 expresa la idea de que el mundo se encuentra en la Cuarta Revolución Industrial. No obstante, algunos expertos consideran que lo que estamos experimentando no es la Cuarta Revolución Industrial, sino una prolongación de la tercera.
Lo cierto del caso es que se trata de un hito importante en el desarrollo industrial, basado en pilares tecnológicos donde la nueva Industria 4.0 se sustenta en la Revolución Digital.
El concepto Industria 4.0 fue abordado por primera vez en la Feria de Hannover (salón de la tecnología industrial) en 2013.
Un grupo de investigación detalló las implicaciones y los avances tecnológicos emergentes en campos que incluyen la inteligencia artificial, computación cuántica, nanotecnología, biotecnología, robótica, vehículos autónomos, impresión 3D, e Internet de las cosas (IoT).
Estos avances tienen el poder ciber-físico que transformó el modo en que las personas interactuaban con los sistemas digitales.
El sistema ciber-físico está compuesto por la interacción de dos elementos fundamentales:
- Los sistemas físicos, que recopilan datos del entorno y ejecutan algún proceso.
- Los sistemas digitales, que modelan el comportamiento del sistema físico y permiten la toma de decisiones, es decir, modelan su comportamiento.
Se trata de procedimientos concebidos mediante la integración óptima de la computación y los elementos físicos, un progreso notable, lo cual es reconocido como la Cuarta Revolución Industrial. Esto apenas es el comienzo. Las anteriores revoluciones tardaron muchos años en llegar a todos, mientras que la actual tiene una velocidad exponencial, donde posiblemente la realidad supere la ficción, algo fascinante pero también preocupante.