¿Qué proteínas sostenibles atraerán a los consumidores este 2023?

En los últimos años se ha hablado mucho de las proteínas sostenibles. Según los expertos, estos alimentos fabricados en laboratorios se asemejan mucho a los naturales y dañan menos el ambiente.

Pero, ¿qué piensan los consumidores de esto? ¿Empezarán a comprarlos este año? Estas son algunas de las preguntas que se hace actualmente la agroindustria.

La verdad es que los alimentos proteicos siempre han sido importantes para la población.

Se les asocia con el sano crecimiento, el desarrollo de la masa muscular, el rendimiento de los atletas y la salud en general.

Por eso, mucha gente consume con regularidad carnes, huevos, leche, quesos, entre otros, con la intención de mantenerse saludables.

Los que están hechos a base de células cultivadas de animales son muy parecidos. Sin embargo, todavía no se han convertido en una súper tendencia. 

Por tratarse de una industria nueva, hay muchas cosas por mejorar para que siga creciendo y satisfaga completamente las expectativas de los consumidores. 

Por ejemplo, lograr obtener la misma textura, volumen y calidad, lo cual se le ha dificultado a algunas empresas.

Demanda de proteína sostenibles

Hoy en día, la población se preocupa más por lo que come y cómo influye eso en su bienestar general. De modo, que al momento de comprar, piensa un poco más en lo que es bueno para su despensa.

Hay ciertos ingredientes que ya no atraen tanto, como los aditivos y colorantes. Por eso, alternativas como las proteínas sostenibles suenan interesantes. 

No solo van de la mano con el cuidado de la salud, sino del medio ambiente. Este mercado surgió precisamente como respuesta a estas inquietudes.

Ni siquiera durante la pandemia de Covid-19, la gente dejó de comprar productos ricos en proteínas.

Según la empresa holandesa Innova Market Insights, 1 de cada 5 consumidores modificó su dieta en 2022 y el 17% prefirió los alimentos proteicos.

La encuesta global que realizó ese año, determinó que ese tipo de comida es clave en su alimentación.

Asimismo, el lanzamiento de nuevos productos que afirman tener esos nutrientes, tuvo una tasa de crecimiento anual compuesto (CAGR) de 10% entre 2017 y 2022.

Los lugares donde más ha crecido este mercado, son: Europa, África, Asia, Australia, América Latina y del Sur.

Venta de ingredientes alternativos

De acuerdo con la firma encuestadora, en Estados Unidos las ventas de esos productos alimenticios tampoco disminuyeron el año pasado.

Por el contrario, las de proteína de suero se elevaron un 25%, mientras que las de origen vegetal un 12%. En 2020 y 2021, el comportamiento del mercado fue similar.

Las grasas y carbohidratos no han tenido la misma demanda por parte de los consumidores. La moda de comprar estos alimentos va y viene.

En opinión de Scott Dicker, analista de SPING, (técnica para detectar oportunidades comerciales), eso se debe a que una mayoría considera que los macronutrientes son más positivos para la salud.

Sin embargo, es necesario que algunas personas aprendan a diferenciar los tipos de proteínas que existen y conozcan las dosis requeridas.

Las proteínas sostenibles también han experimentado un crecimiento en términos de investigación en años recientes.

Asimismo, en cuanto a inversión y acogida por parte de los consumidores. Los nuevos productos panaderos son un ejemplo de ello.

Cada vez más, la gente busca productos de panadería y snack saludables para incorporar a su dieta.

Pero, este es uno de los sectores que ha tenido obstáculos para crear texturas y volúmenes de horneados nuevos.

Proyecciones para el año en curso

Es posible que 2023 sea otro año desafiante para las empresas que ha incursionado en el campo de las proteínas sostenibles. Y también para los investigadores.

No obstante, las perspectivas no son malas. Se esperan algunas novedades en los procesos de producción y la expansión de alimentos de etiqueta limpia.

De hecho, ya hay compañías que ofrecen piezas de pollos originales y nutritivos, con información sobre sus ingredientes.

Después del visto bueno otorgado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA), a una empresa de carne cultivada, es lógico pensar que aumentará la confianza en estos productos.

Por lo tanto, se prevé la aprobación de algunos rubros para la venta al público. Entre ellos, los de mar como los mariscos a base de plantas.

Más allá de la carne vegetal, empanizados y picados, las empresas podrían expandir su producción hacia el área de los filetes y sashimi. 

Por otro lado, ya se han dado a conocer algunos avances sobre tecnología de fermentación de precisión para la elaboración de hongos.

Se cree que permitirá crear cortes enteros y texturas carnosas completamente nutritivas y convincentes.

Sostenibilidad y nuevas formas de cultivos

Teniendo en cuenta que la agricultura celular implica menos desperdicios, los expertos vaticinan también que habrá mayor sostenibilidad.

En lugar de botar los subproductos, como los granos usados y la caña de azúcar que se utilizan para elaborar cerveza, los investigadores están estudiando cómo reutilizarlos. 

Los restaurantes ya están evaluando qué hacer con esa materia prima reciclada.

De esta forma, esperan atraer a más consumidores y seguir contribuyendo a mejorar el ambiente.

El éxito dependerá en cierta forma de los precios y la capacidad que tengan los productos alternativos en solucionar las necesidades de la gente.

Los minoristas también se han mostrado interesados en estas nuevas formas de cultivos para competir a través de los supermercados.

No obstante, debido a la situación inflacionaria es factible que les cueste conseguir financiamiento privado.

Pero nada de esto sucederá mientras no logren demostrar que los nuevos productos son tan saludables como los convencionales.

Uno de los mayores temores manifestados por los consumidores es que no posean la misma calidad ni cantidad de macronutrientes.

Incluso, esa preocupación es más alta que la relacionada con la ética y los problemas ambientales generados por la agroindustria.

La salud es lo que más los impulsa a querer comprar proteínas sostenibles. En todo caso, estas son simplemente proyecciones, por lo que la situación del sector podría variar en un futuro próximo.

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